La primera maniobra fuerte del PRO en la campaña por la sucesión de Mauricio Macri en la Ciudad comenzó a desarrollarse en las últimas semanas luego de que el influyente secretario general del gobierno, Marcos Peña, pusiera la estructura de comunicación del Ejecutivo porteño a disposición de la candidatura de Horacio Rodríguez Larreta.
Por pedido de Macri, el equipo de Marcos Peña se está reuniendo con los colaboradores de Larreta para transmitir su experiencia en la construcción de la figura política del líder del PRO, que de dirigente de Boca con mala imagen se transformó en un candidato ganador en la Ciudad.
Larreta, por su parte, ya arrancó con el armado de equipos para la campaña, que comenzaría formalmente en octubre de este año o incluso antes.
La decisión del jefe de gobierno porteño es un dato fuerte respecto del cambio de la relación de fuerzas del PRO ya que si bien Peña es uno de los colaboradores más estrechos del propio Macri, se referenció históricamente con el sector de la máxima rival de Larreta, Gabriela Michetti.
Pero el secretario general discutió con la actual senadora cuando ésta se bajó de la campaña bonaerense y decidió postularse en la Ciudad, dinamitando toda la estrategia que había trazado Peña a través del ministro de Gobierno, Emilio Monzó.
La preocupación de Michetti
Según fuentes cercanas a Macri, el jefe de gobierno vio recientemente una encuesta interna del PRO que muestra a Michetti arriba de Larreta pero por una diferencia mínima.
En ese escenario el líder del PRO no se cansa de repetir en reuniones privadas que su sucesor es Larreta, que también es el candidato por el máximo socio de Macri, Nicolás “Nicky” Caputo.
Justamente eso es lo que preocupa a Michetti: el convencimiento que tiene Macri sobre un triunfo seguro del PRO en la Ciudad en 2015, cualquiera sea su candidato. La ex vicejefa sabe que en un terreno de paridad, Macri no la elegirá a ella como sucesora sino que se inclinará por su eterno rival.
Más allá de las preferencias de Macri, en el PRO sostienen Michetti no tiene voluntad política ni el equipo ni la estructura para armar su propia candidatura y presentarse en las primarias contra el jefe de gabinete. No es casual que su último jefe de campaña, justamente, fuera Larreta, que por el contrario, acumuló casi todo el Ejecutivo detrás de él.
Es por eso que en sus últimas apariciones mediáticas, como la que tuvo la semana pasada en el programa de Santo Biasatti, la senadora se mostró proclive a un acuerdo con Unen como el que propone su amiga Elisa Carrió, como una manera de abrir el espectro del PRO.
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