El cura Juan Carlos Molina admitió en su visita al Senado que la estructura del Sedronar es escasa, pero no contó que para ampliarla no pensaba acudir a especialistas sino a militantes de La Cámpora, en un notable ejercicio de real politik.

Molina logró que los senadores aprobaran hoy la ley de plan Integral para el Abordaje de Consumos Problemáticos, que contempla la creación de Centros Comunitarios de Prevención y abre las puertas para la interacción directa con las ONG que atienden las problemáticas.

También incorpora la cobertura del tratamiento de cualquier tipo de adicción al Programa Médico Obligatorio (PMO).

Se trata de una vieja idea de Rafael Bielsa en su fugaz paso por el organismo, que consistía en suplir la falta de presencia en el país mediante acuerdos con asociaciones civiles que ya estén trabajando en el tema. 

Pero lo que nunca dijo Molina es que Máximo Kirchner le iba a exigir que las ONGs sean manejadas por sus militantes. 

El primer caso fue en Quilmes, donde el sacerdote acordó un trabajo conjunto con “Los hijos de Fierro” en Bernal, una ONG convertida en un Centro Local de Prevención de las Adicciones (CePLA).

Está controlada por Roberto Gaudio, quien fuera la mano derecha del ex intendente Sergio Villordo, ahora con Sergio Massa. 

Su carrera siguió como concejal de De Narváez en 2009, para dos años más tarde empezar a trabajar junto a Mayra Mendoza, diputada y parte de la mesa chica de La Cámpora.

Gaudio manejará un presupuesto aportado por el Sedronar, con mayores tareas a partir de la ley de adicciones integrales que trata el Congreso.

Mendoza está enfrentada al intendente Francisco “Barba” Gutiérrez, quien ni siquiera se enteró de la visita de Molina a Bernal. Su llegada a Máximo parece no haberse alterado: consiguió el convenio con el Sedronar antes de sancionarse la ley que lo regula. 

Respaldado por Cristina Kirchner, Molina había empezado con duras críticas a Scioli, justamente por no potenciar los Centros de Protección contra las adicciones (CPA).

“Hagan muchas cárceles, pero quintupliquen los lugares preventivos, educativos, deportivos y terapéuticos; compren muchos chalecos y balas, pero también tripliquemos las becas deportivas, culturales, terapéuticas”, twitteó a poco de asumir. 

Pronto comenzó a abrir sus centros preventivos, pero con la gente que le pide Máximo Kirchner, especialista en sitiar delegaciones de organismos nacionales.

Empezó con el Anses, el Inadi y el Pami y desde diciembre, como reveló LPO, se adueñó de los 700 centros integradores del Ministerio de Desarrollo Social, a través de Rodrigo “Rodra” Rodríguez, secretario de Organización y Comunicación Comunitaria de la cartera de Alicia Kirchner.

Para la misma época, Máximo sacó a Rodra del manejo de la pauta oficial y se la dio a Hernán Reibel, la persona de mayor confianza del hijo de la Presidenta.

No conforme, ahora la apuesta es controlar delegaciones del Sedronar, un organismo que nunca tuvo prestigio y Cristina parecía querer dárselo.