“Hay que sacar el fantasma de que la provincia es insolvente y no puede pagar”, fue la principal instrucción de Daniel Scioli a su gabinete en una cena que tuvo esta noche en el restaurante El Magrullo de Ezeiza, propiedad de su ministro de Seguridad, Alejandro Granados.

El gobernador llegó a las 19 horas con la idea de dejarle claro a sus funcionarios que los mayores sobresaltos ya habían pasado y que en la última parte del año habrá que reforzar la imagen para 2015. 

“La campaña se va a lanzar con fuerza después del mundial. Pero hay que laburar y mostrar gestión”, fue su indicación, consciente de que enfrentará a candidatos que intentarán promocionar gestiones auspiciosa.

Ante eso su idea, señaló, es al menos reflejar que las cosas no están tan mal en la provincia, sobre todo si se considera el dinero que tuvo.

“Antes el fondo del conurbano era el 25% del presupuesto ahora el 9 y sin embargo los municipios pasaron de cobrar una coparticipación del 16 a una del 25%”, describió su equipo económico, representado en la ministra de Economía, Silvina Batakis; el titular de Arba, Ivan Budassi y Rafael Perelmiter.

Los números acapararon la primera parte de la presentación de Scioli, a la que no fue Gabriel Mariotto, con la excusa de tener que estar en “otro acto de la provincia”. Fue el único ausente.

La otra pata de la campaña que quiere Scioli son las obras públicas presupuestadas para la última parte del año: el tercer carril de la autopista Buenos Aires – La Plata y la ruta 6.

La primera se financiará con un fideicomiso de Arba. “Eso son fondos propios”, se interesó en destacar Scioli.

La otra exposición fue del anfitrión Granados. Acompañado por el jefe de la policía, Hugo Matzkin, detalló el alcance del sistema de patrullas municipales que lanzó para asistir las emergencias locales.

A las 21.30 Scioli se fue y el gabinete se quedó a compartir un asado. Había mucho por repasar para el resto del año.