La tarea de Dante Dovena como embajador de Uruguay es cuestionada por sectores del Gobierno y ya se habla de removerlo antes de fin de año.
Dovena llegó a la embajada en 2010, justo cuando Cristina buscaba reencauzar la relación con el vecino paÃs, afectada por la construcción de las papeleras.
Pero quien fuera uno de los referentes del kirchnerismo duro en la Cámara de Diputados tuvo una escasa presencia diplomática y en el Gobierno aseguran que ni siquiera se lo ve seguido por Uruguay.
Aseguran que no se queda en su casa: le endilgan la posesión de varias empresas en Santa Fe, donde pasarÃa parte de su tiempo en el paÃs.
De hecho, Dovena no apareció públicamente durante los últimos conflictos con Uruguay, iniciados tras la decisión de Mujica de habilitar una mayor producción de la papelera Botnia en la costa de Gualeguaychú.
Otra de las broncas recientes es por su participación en el directorio de Papel Prensa, donde casi no se hizo notar en plena guerra abierta con ClarÃn.
Para cambiar de embajador no se requiere buscar una figura polÃtica: muy por el contario, el convenio con el personal diplomática le otorga al personal de carrera un cupo de embajadas que no pueden ser ocupadas por otros funcionarios.
PodrÃa ser esa una salida para correr a Dovena, a quien Cristina ni siquiera incluyó en la última lista de diputados nacionales, al menos para darle trabajo después de su salida de la Rosada. Ni siquiera lo imaginarÃa mucho tiempo como embajador.
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