Para el FMI el crecimiento de la Argentina en el 2013 fue del 4,3% y por lo tanto el país deberá pagar unos U$S3.500 millones por el cupón de PBI, de acuerdo a un informe durísimo que publicó el organismo en donde critica la política económica del gobierno y lo incluyó en el mismo capítulo que Venezuela.

El dato sobre la expansión del producto del año pasado fue obtenida de “datos oficiales”, según reza el documento, pero lo curioso es que contrasta con el que difundió hace dos semanas el ministro de Economía Axel Kicillof. En ese entonces, el titular del Palacio de Hacienda dio a conocer el nuevo índice para medir el PBI y revisó a la baja el número oficial  desde un 4,9% calculado en febrero a un 3%, por lo que se descontaba que el bono no iba a gatillarse.

Pero la cifra del FMI se ubica por arriba del 3,22% necesario para gatillar el desembolso del bono. De ahí que enseguida el mercado reaccionó y los cupones de PBI en pesos subieron hasta 3%, los nominados en dólares hasta 2,5% y los que están en euros casi 4%.

Ayer Kicillof aclaró que el pago del cupón se definirá en septiembre y eso volvió a despertar cierto entusiasmo en los mercados, aunque los economistas señalan que la definición más importante se da con el número de marzo y es muy difícil que vuelva a corregirse a lo largo del año, como especulan algunos inversores.

Pero el jefe de Gabinete Jorge Capitanich había sido más contundente en su exposición del jueves en el Congreso. “El cupón no se tiene que pagar”, aseguró el chaqueño, y al día siguiente los papeles volvieron a desplomarse, algo que ya había sucedido cuando Kicillof anunció la revisión del crecimiento al 3%, una semana antes.

De esta manera, salió Capitanich aprovechó para salir cruce del ex Secretario de Finanzas Guillermo Nielsen, quien postula que con el cambio de metodología también se modificá el umbral a partir del cual se dispara el pago. Según Nielsen, ese nuevo piso sería del 1,4% y entonces el desembolso sería inevitable.

Mal panorama

Para el FMI, la economía argentina se "desacelerará marcadamente en 2014" por lo que trazó un escenario de "incertidumbre" con "un alto nivel de inflación y una disminución de las reservas oficiales de divisas" y comparó la situación del país con la de Venezuela. 

En un duro informe que fue publicado hoy, el organismo señala que "las previsiones en el mediano plazo en Argentina y Venezuela se han deteriorado aún más" y vaticinó un crecimiento para el país de 0,5 por ciento este año y 1 por ciento, en 2015.

El documento de dio a conocer días antes de la asamblea del FMI que se realizará desde el próximo viernes en la capital estadounidense de Washington, hasta donde está previsto que viaje entre mañana y el jueves el ministro de Economía, Axel Kicillof.

En el informe, el FMI sostiene que "la actividad en Argentina y Venezuela se desacelerará marcadamente en 2014" ya que "continúan lidiando con difíciles condiciones de financiamiento externo y el impacto negativo de controles invasivos en la producción".

A través de un estudio sobre Perspectivas Macroeconómicas Mundiales, el organismo sostiene que el deterioro en la actividad económica que atraviesan estos países está sujeto "a un alto grado de incertidumbre".

"Las políticas macroeconómicas que han sido continuamente expansivas han dado lugar a un alto nivel de inflación y a una disminución de las reservas oficiales de divisas. La brecha entre los tipos de cambio oficial y de mercado sigue siendo amplia en ambos países, y ha seguido creciendo en Venezuela", sentencia el documento.

Además, el FMI afirma que las "las medidas administrativas adoptadas para gestionar los desequilibrios internos y externos" en estas naciones, como "los controles de los precios, los tipos de cambio y el comercio", generan que se detenga "aún más la confianza y la actividad".

El informe también expone que "las perspectivas a corto plazo de Argentina y Venezuela han vuelto a desmejorar" ya que "ambas economías continúan lidiando con difíciles condiciones de financiamiento externo y con el impacto negativo de nuevos controles cambiarios y administrativos en el producto". 

Aunque reconoce que, recientemente, ambos países "ajustaron sus tipos de cambio, y Argentina elevó las tasas de interés", pero remarca que estos países "precisan modificaciones más importantes de las políticas para evitar un ajuste desordenado".