El día que se cumplen dos semanas continuadas de paro de docentes en la provincia de Buenos Aires, el más largo de la historia, el Gobierno dejó en evidencia su evidente respaldo al sindicalista Roberto Baradel, que lidera el conflicto.

Esta noche, Baradel fue el invitado central del programa ultraoficialista 678, donde se despachó a gusto contra el gobernador Daniel Scioli, ante la mirada complaciente de los panelistas que incluso lo avalaron, como hizo Nora Veigas, quien afirmó: “Baradel hizo un panorama claro de lo que ocurre en la provincia de Buenos Aires”.

Al comienzo de la emisión, la producción incluso le facilitó cámaras para que mostrara gráficos que refutan la proclamada oferta del 30% de aumento que enarbola Scioli, en una movida que pareció previamente coordinada.

No es un secreto que los invitados a 678 los digita directamente Máximo Kirchner, de manera que es imposible pensar que se le de el horario central de su programa enseña al titular de Suteba, en un marco muy amigable, sin un visto bueno del máximo nivel del Gobierno.

Baradel incluso ante el asentimiento del conductos y los panelistas les “entregó” un “informe” sobre el desastre de la infraestructura en materia escolar en la provincia, ante el asentimiento de Veigas que lo llamaba cariñosamente “Roby”.

Mientras que Edgardo Mocca, dejó en claro –como si alguien se lo hubiera pedido-, nuestra “absoluta unanimidad y solidaridad con la justicia de los reclamos gremiales” con el reclamo que lidera Baradel, aunque luego intentó matizar esa proclama con una pregunta que intentó ser punzante: “¿Cómo se sale de esto, cómo sigue?”.

Baradel incluso se permitió circunscribir su crítica a la provincia de Buenos Aires, evitando que el conflicto golpee en la Casa Rosada. Destacó por ejemplo que en provincias “como Formosa, he visto escuelas nuevas, impecables”.

Massa y Ferreyra

Pero la complaciente entrevista de 678 a Baradel, no fue la única huella que el kirchnerismo dejó en este conflicto. El legislador kirchnerista Pablo Ferreyra -que ingreso a la Legislatura porteña por una colectora armada por el líder de La Cámpora, Andrés “Cuervo” Larroque-, encabezó la marcha de los docentes de este mediodía al Ministerio de Educación, abrazado con Baradel.

Una foto de una elocuencia política que vuelve estéril el debate sobre si Cristina y Máximo apoyan el paro docente como una vía para causarle un desgaste intenso a Scioli. El propio hijo de la Presidenta dejó en claro en la entrevista para el libro de la periodista ultraoficialista Sandra Russo sobre La Cámpora, que el núcleo duro del kirchnerismo se imagina como oposición después del 2015.

“Quieren desgastar a Daniel, están jugando a la derrota del peronismo”, confirmó esta noche a LPO, una fuente del sciolismo.

Es imposible también desvincular lo ocurrido hoy con otras do señales clarísimas de la Casa Rosada contra Scioli: El retiro de la Gendarmería del Conurbano y la negativa a votar la ley de Policía Municipal, las dos únicas herramientas concretas que había en la provincia para enfrentar la inseguridad que jaquea a la administración bonaerense.

Estas acciones concretas del kirchnerismo que dejan en evidencia su respaldo a Baradel, descolocan por otro lado a la ministra de Educación bonaerense, Nora de Lucía, que buscó vincular la protesta a Sergio Massa.

La ministra dijo el viernes pasado: "Lo he visto a Baradel en alguna foto con algún dirigente político. Con (Sergio) Massa, todo el mundo lo vio. Realmente el tiempo lo dirá".

Y por si quedaba alguna duda, Baradel esta noche se cuidó de aclarar ante sus interlocutores de 678 que nada más lejos de su voluntad que acercarse a Massa. Consultado sobre la foto que se sacaron juntos en el 2012 –revelada por LPO-, Baradel afirmó: “Esa es la misma foto que me saque con el intendente (de Ensenada, Mario) Secco, con el de Villa Gesell, Jorge Erneta con el de Mar del Plata”, cuando promocionaba un programa de su sindicato.

Y para finalizar, Baradel se despachó con críticas a la iniciativa de Massa contra el proyecto de reforma del Código Penal, a las que calificó de “demagógicas”, causando el previsible entusiasmo de sus entrevistadores.