El fiscal federal Enrique Senestrari anunció que pedirá el apartamiento de la causa CBI del juez federal Ricardo Bustos Fierro, porque el magistrado aparece en una foto del año 2001 compartiendo una fiesta con el empresario Euclides Bugliotti, quien habría retirado en diciembre una cifra millonaria de la financiera, iniciando así su quiebra.

Bugliotti no está mencionado en la causa, pero sí en la carta que dejó Jorge Suau, uno de los dueños de la financiera, que apareció muerto dando inicio al escándalo político.

El juez Bustos Fierro y el empresario Bugliotti son dos personajes muy conocidos en Córdoba, y ambos tienen fuertes vínculos con la política mediterránea.

Los mejores vínculos de Bustos Fierro son con el peronismo. Con los radicales tuvo su primer roce fuerte en noviembre de 1981.

El 26 de noviembre de ese año, cuando era fiscal, promovió una acción penal contra los dirigentes radicales Héctor Sander y Walter Nacusi, quienes en nombre del Comité Capital habían firmado un documento que enojó al general del Tercer Cuerpo, Cristino Nicolaides. Para Bustos Fierro existía documentación que permitía “inferir fundadas sospechas” sobre los propósitos de los radicales “que no son otros que el alterar la paz social de la Nación con motivaciones inconfesables enmascaradas bajo el pretexto de caracterizar el actual momento histórico que vive la República”. 

El fiscal recordó que en la Cámara de Diputados provincial, en 1973, Sander “efectuara una encendida apología del acciones de las organizaciones subversivas”.

Sander no fue el candidato a intendente de la UCR en 1983 porque Eduardo Angeloz quiso que fuera Ramón Mestre. Los radicales ganaron, pero nunca olvidaron aquel episodio.

Bustos Fierro intentó llegar a juez federal en los Ochenta, pero por la oposición radical recién lo logró en los Noventa.

El magistrado, a pedido de José Manuel de la Sota, en 1999, habilitó una segunda reelección de Carlos Menem, aunque luego el propio gobierno nacional desistió. Por esa decisión fue acusado ante el Jury de prevaricato y mal desempeño, del que finalmente resultó absuelto por cinco votos contra cuatro.

Bugliotti es dueño del Grupo Dinosaurio, que tiene grandes superficies comerciales y el superestadio Orfeo.

En los años Noventa, cuando explotaron sus negocios, mantuvo una excelente relación con el presidente Carlos Menem y con el gobernador Ramón Mestre, el padre del actual intendente.

Para Mestre fue clave que Bugliotti haya aceptado en sus supermercados el bono Cecor, con el que el radical sacó a las finanzas cordobesas de la crisis en que había quedado tras la caída de Eduardo Angeloz, en 1995. El Cecor terminó siendo un éxito para los consumidores, para los inversores y para el gobierno.

Por razones que nunca se hicieron públicas, Bugliotti y Mestre hijo no cultivan la misma relación. De hecho, el empresario, cuando el radical era candidato a intendente, en 2011, lo vinculó con el mundo de la noche, un punto flaco por donde siempre lo golpeó la oposición.

En los últimos años Bugliotti camina por el sendero del kirchnerismo, y hasta llegó a oficiar de vocero de decisiones políticas de la Casa Rosada para Córdoba. También conserva un excelente trato con la exesposa de De la Sota, Olga Riutort.