Ernesto Sanz
“Vamos a bancar al Gobierno hasta el último día de su mandato”
El presidente de la UCR se alarma porque “un tipo como Yoma, que está con Scioli, pide la cabeza de la Presidenta”. Y advierte: “No soy el candidato de Techint”.

Se reconoce autor de un catalogo de frases que el kirchnerismo convirtió en icono de una oposición inviable. “Todas fueron sacadas de contexto”, asegura a manera de presentación. Ernesto Sanz es otra vez el presidente de la UCR y sigue soñando con ser el presidente de la Nación. Pocos días después de reunirse con Hugo Moyano –antiguo destinatario de sus dardos-, el senador mendocino dice ser parte de una generación de radicales que no le tiene miedo al poder y pide una oportunidad para 2015. Afirma que por primera vez en la historia el peronismo tiene que administrar un final de ciclo, habla de su amistad con el ejecutivo de Techint Luis Betnaza y de la influencia determinante del Papa Francisco en los dos años de gobierno que le quedan a Cristina Kirchner.

Usted dijo hace un año en televisión “ojalá que la economía siga así, mal hasta octubre”. Puede decirse que se cumplió su deseo y la economía fue cada vez peor.

La frase expresaba que había cuestiones institucionales que tenían mucha más importancia que las cuestiones económicas. Era el momento exacto del proyecto de democratización de la justicia. Pero fijáte una cosa. Yo creo que en el voto de octubre, al margen de que la economía fue mal, la gente le picó el boleto al kirchnerismo no tanto por la cuestión económica sino por los desbordes institucionales.

Pero su preocupación era que la economía repuntara y la sociedad volviera a optar por el gobierno.

Siempre en la Argentina el voto tiene una gran cuota de análisis económico. Mientras la economía marcha más o menos bien, la gente no quiere cambiar porque además venimos de tantas frustraciones y de tantas crisis que la economía pesa mucho. El kirchnerismo tiene un gran déficit en lo institucional que hoy está desbordando hacia lo economía, pero el déficit más profundo pasa por lo institucional. Ricardo Lagos dice que las variables que no tienen que ver con la economía son muchos más importantes a veces que las propias variables económicas.

¿Cree que la crisis que atraviesa el gobierno puede terminar llevándose puesto a todo el peronismo?

No, no. Creo que hay una devaluación global que involucra a todo el peronismo respecto a este mito de que sólo ellos saben gobernar. La caída de ese mito arrastra a todo el peronismo. Pero el peronismo es un movimiento con capacidad de mutar y entonces están apareciendo los antivirus digamos. Se tratan de reciclar desde un espacio supuestamente renovador o como dice Scioli: Ni populismo ni liberalismo. ¡Habla de dos décadas y él estuvo en las dos y fue protagonista central de las dos! ¿Qué viene ahora? ¿Sciolismo? ¿Massismo?. Creo que la marca, la escudería se devalúa. Les pasa lo mismo que a nosotros, el radicalismo, después de la crisis de 2001, 2002.

“Vamos a bancar al Gobierno hasta el último día de su mandato”

¿Usted es de los que creen que el peronismo termina sus mandatos también por mérito de la oposición que hace el radicalismo?

Lo que creo es que estamos ante una prueba de fuego porque por primera vez en la historia el peronismo tiene que administrar un final de ciclo propio. Nadie sabe cómo termina este ciclo. En los 50 y en los 70, no lo hizo porque hubo golpe de Estado y en los 90, el final de ciclo se lo pasó como si fuera una pelota de rugby a la Alianza y explotó después. Pero esta vez, el peronismo lo tiene que administrar. ¿Va a terminar bien el peronismo? ¿Va a reaccionar bien la oposición? No lo sé. Veo a un tipo como Yoma, que está al lado de Scioli, pidiendo la cabeza de la Presidenta. Y digo lo habrá mandado Scioli. Otras veces, lo veo a Lavagna, que está al lado de Massa, pretendiendo erigirse como el bombero de la crisis. Y pienso que Massa está jugando a llegar en 2014. Nosotros vamos a bancar al gobierno hasta el último día de su mandato. Hemos sido siempre las víctimas de los estallidos y no queremos que le pase a otro. Te sumo un ingrediente hasta especulativo: nosotros somos los que más tiempo necesitamos para construir una coalición y ese es un camino que todavía necesita mucho tiempo.

"Veo a un tipo como Yoma, que está al lado de Scioli, pidiendo la cabeza de la Presidenta. Y digo lo habrá mandado Scioli. Otras veces, lo veo a Lavagna, que está al lado de Massa, pretendiendo erigirse como el bombero de la crisis. Y pienso que Massa está jugando a llegar en 2014.

¿Parte de la crisis del radicalismo fue haber ido con Lavagna de candidato en 2007?

Más que crisis es una debilidad institucional. ¿Por qué fuimos con Lavagna en 2007? Porque el kirchnerismo penetró en las filas del radicalismo. Porque Kirchner, con la billetera en la mano, salió a presionar y extorsionar con el ropaje de la transversalidad y muchos gobernadores e intendentes radicales nos abandonaron. Y el radicalismo quedó reducido a un grupo de soldados que no tenía candidato a Presidente. No reniego de esa época. Fue una época de resistencia gloriosa. Y hoy los tenemos a casi todos los radicales de vuelta. La casa está en orden y hoy podemos competir.

La devaluación

¿En el regreso de Cobos, hay cálculo, generosidad o necesidad?

Generosidad. Yo fui el que le abrió las puertas a Cobos. Fui el presidente del radicalismo del 2009 y el 2010 que le abrió las puertas. Y en la convención de Mar del Plata los amnistiamos. Y fui el que en 2009 en Mendoza volví a unificar al radicalismo. Siento la tranquilidad de conciencia de haber sido muy duro cuando se fueron pero haber tenido la grandeza de haber abierto la puerta para estar construyendo hoy juntos.

Citaba la frase de Scioli: “ni populismo ni liberalismo, alejarse de los extremos”. Pero usted mismo hablaba hace poco en un lenguaje sciolista cuando decía que hay que alejarse de los extremos en el Estado.

¡Claro!. El peronismo nos llevó a los dos extremos en 20 años. Del Estado ausente –que dejó un país quebrado y dividido- al Estado omnipresente. El camino es un Estado inteligente. Estado, mercado y sociedad civil en coalición virtuosa. ¿Son creíbles los tipos que han estado adentro de esto, bancando esto? Scioli bancó las atrocidades del Estado neoliberal y las del Estado omnipresente. Aplaudieron y se sumaron. Si hoy han pasado por las aguas del Jordán y se dan cuenta, yo se los acepto, pero la sociedad tiene que entender que no es tan fácil.

¿Cree que está devaluación, en este punto al que se había llegado, era necesaria o había que evitarla?

Todas las devaluaciones son malas. El gobierno pagó muy caro el no haber ido ajustando el tipo de cambio, paulatina y moderadamente, al ritmo de la inflación, desde el 2008. El atraso del tipo de cambio preanunciaba que, en algún momento, tenía que venir el shock.

El problema de esta devaluación es que no se programó en el marco de una lucha antiinflacionaria. Puede ocurrir que, al final del camino, la inflación se la coma y volvamos a un tipo de cambio no competitivo. Hay momentos en dónde una devaluación te trae un beneficio, sabiendo que siempre hay costos para los más vulnerables. Esta devaluación se podría haber evitado y, lo que es más grave, puede caer en la nada.

¿Cómo fue la audiencia con Juan Carlos Fábrega –revelada por LPO- en la que él admitió que el gobierno no tenía un plan antiinflacionario?

El fue gerente general del Banco Nación y yo intendente de San Rafael. En el 2000, creamos el primer fideicomiso productivo, vitivinícola. Fue gerente de la sucursal San Rafael, cuando yo me recibí de abogado hace 35 años. Fabrega nos recibió con González Fraga, Negri y Morales. Fuimos a ver cómo hacer para que esta buena letra del Central –de tratar de sacar billetes de la plaza- se acompañe con un combate de lleno contra la inflación. El dice “nosotros nos ocupamos de la primera etapa, de política monetaria, ahora la que viene es de política económica”. No dijo que no había un plan, eso lo deducimos nosotros.

“Vamos a bancar al Gobierno hasta el último día de su mandato”

En 2010 usted decía que el moyanismo se acababa cuando se acabe el kirchnerismo, son parte de lo mismo. ¿Ahora, que se juntó con Moyano, lo ve distinto?

¿Quién cambió? ¿Yo o Moyano? Hubo una época en que Moyano y Kirchner eran las dos caras de una misma moneda: el poder político y el poder sindical juntos detrás de una acumulación de poder, que era el gran modelo del kirchnerismo. Con Moyano tenemos diferencias, pero tenemos una coincidencia de fondo: hay que preservar empleo y salarios. Moyano no está en el mismo lugar que antes. Tuvo la virtud de rajar a tiempo.

Los Sin Miedo y el peronismo

¿La estrategia del espacio no peronista es nacionalizar UNEN?

Tenemos dos modelos, el de Santa Fé, que tiene menos componentes, y el de UNEN, que tiene más. La virtud del santafesino es que es un modelo probado en la gestión. La de UNEN es que logró administrar la diversidad pero no tuvo un programa común, por falta de tiempo. Necesitamos un proyecto nacional con un programa común.

¿El radicalismo es el vértice de ese proyecto o se va a diluir en ese espacio?

Yo tengo enorme respeto por los socios pero dejáme que como presidente del partido y sin soberbia diga que el radicalismo es una columna vertebral, por historia, por volumen, por peso, por extensión geográfica.

Dice que es parte de una generación de radicales que no le tiene miedo al poder. ¿Cree que la sociedad lo entiende o lo va a entender así alguna vez?

Mucha gente nos mira a los radicales y nos asocia inmediatamente con el 2001 y con el 89. Mi generación se ha hecho cargo y no quiere ser asimilada a eso. Ha gobernado y gobierna a miles de argentinos con muchos gobernadores e intendentes de capitales de provincia. Cuando De la Rúa se fue en helicóptero, yo era intendente y no me fui. Goberné, pagué los sueldos y entregué el poder en 2003. Uno se hace cargo por pertenecer a la escudería pero es injusto que nos digan que no podemos gobernar nunca. Mi generación no le tiene miedo al poder, tiene vocación de poder. Y queremos una oportunidad. Es lo mismo que si al peronismo le cargaran toda la vida la mochila de López Rega.

"Cuando De la Rúa se fue en helicóptero, yo era intendente y no me fui. Goberné, pagué los sueldos y entregué el poder en 2003.

¿Cuál es su crítica principal al peronismo?

El peronismo olvidó su génesis revolucionaria y transformadora, del peronismo de Perón que yo admiro. Nos afanaron las banderas que venían de Yrigoyen. En los años de Menem, ni hablar. Y en los de Kirchner, desperdiciaron la oportunidad que tenían de romper los problemas estructurales de la Argentina. Administraron pobreza y no sacaron a los pobres de su situación.

¿Y qué es lo que le envidia al peronismo?

La capacidad que tienen para representar más genuinamente los procesos sociales cambiantes de la Argentina. Son mucho más pragmáticos, dúctiles y flexibles aunque a veces terminen en cualquier lado. Y le envidio sobre todo la capacidad, de estando en el poder, adaptarse muchas veces a circunstancias difíciles que en el caso del radicalismo exigirían romper con esquemas principistas.

“Vamos a bancar al Gobierno hasta el último día de su mandato”

La relación con Techint

¿Sigue soñando con ser presidente?

Claro. En 2011, cometí dos errores que se pagan caro. Me largué a destiempo, muy tarde. Y en segundo lugar, no tuve apoyo partidario, lo medí mal. Pero nunca perdí las ganas. Estoy trabajando para llegar en 2015.

¿Cómo hizo para convencer a Luis Betnaza –número 2 de Techint- de que podía ser presidente?

Luis Betnaza no es Techint. Es un amigo personal mío. Con Paolo Rocca, si estuve dos veces en mi vida en algún coloquio de IDEA, es mucho. Cuando yo llegó a ser parte del bloque de senadores en 2003, había un asesor que se llamaba Bocha Bailey, muy amigo de Julio Grondona y de Luis Betnaza. Ese viejo me adopta a mí y, a los dos meses de haber venido acá, me invita a su cumpleaños y me sienta entre Grondona, Raúl Alfonsín y Betnaza. Y me hice muy amigo de Luis, de ir a la cancha juntos a ver a Boca, de ir a comer. Él tiene una visión desarrollista, como la mía –mi padre era frondicista- y, como tantos otros amigos míos, tienen esa frustración de ver cómo se les ha ido pasando la vida. Todo lo vinculado al desarrollismo los cautiva. Y yo lo cautivé, como cautivé a los del Coloquio de IDEA, a los del Instituto del Petróleo y el Gas. Pero yo no soy el candidato de Techint. En todo caso, habría que preguntarle a Sergio Massa: las grandes empresas, la UIA, De Mendiguren, están allá. ¿El candidato del establishment –título, que a mí me endilgaron en 2011- quién es hoy?

"Luis Betnaza no es Techint. Es un amigo personal mío, él tiene una visión desarrollista, como la mía. Con Paolo Rocca, si estuve dos veces en mi vida es mucho. Yo no soy el candidato de Techint."

¿Y con Roberto Dromi, cómo es su relación? ¿También son amigos?

No somos amigos. Cuando me recibo de abogado, arranco en San Rafael en el estudio de mis viejos y a los dos años me meto en un concurso en la Facultad de Ciencias Económicas en la delegación San Rafael y entro en la Cátedra de Derecho Público. El titular de la Cátedra era Dromi y yo paso a ser adjunto de la cátedra durante dos años. Esa fue mi relación académica. Y me lo vuelvo a encontrar, cuando él toma la maestría de la Universidad del Salvador y empieza a hacer mesas de análisis político. Fui a una mesa en la que estaba Bergoglio, Jaunarena, López Murphy. Ese es el vínculo.

¿Bergoglio puede influir en la política local?

Si, mucho. Está influyendo. Influye mucho en el mundo sindical. Me da la impresión de que el Papa es el gran orientador del mundo sindical. Todos los sindicalistas miran hacia allá. Y tengo la impresión de que ha modificado abruptamente su relación con el gobierno, por lo menos con la Presidenta. Hay un cable corto ahí. Me animo a decirte que es muy jodido para el peronismo estar alentando el estallido y la crisis porque me parece que, si hay un tipo que no quiere eso, es el Papa.

¿Se cansaron ustedes de ser opositores?

A mí no me gusta para nada ser opositor. Siendo muy joven fui miembro del primer gobierno radical de Mendoza, el mejor gobierno, de Santiago Felipe Llaver, progresista, moderno, social. Después fui intendente y después viene mi vida parlamentaria. De ninguna manera cambio estar en un Ejecutivo por un Legislativo.

¿No hay en el espacio que se está armando figuras –como Carrió pero no sólo ella- que se sienten más cómodos en la oposición?

Yo no lo advierto hoy. Carrió tiene una inmensa vocación de poder. Cuando ella dice que está cerca de mucha gente del macrismo, está apuntando a la jefatura de Gobierno de la ciudad. Esa es mi impresión, no hablo por ella. Si está viendo de jugar en la ciudad y quiere captar el electorado de Macri, es que quiere gobernar.

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  • 2
    Hermanos Alemanes
    23/02/14
    10:30
    que buenas son las fotos. lo digo seriamente.
    Responder
  • 1
    23/02/14
    01:57
    que comodo que estás crápula, simulando y trabajando de "Oposicion Oficial". Y de paso tenes el currito de recaudar previo a cada elecciión y despues te borras, pero con los bolsillos llenos. Trucho Basura.
    Responder
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