Juan Manuel Urtubey ya tiene el 2015 planeado. En abril se presentará a las primarias para gobernador, al mes siguiente a las generales y si consigue su segunda reelección, como espera, usará ese empuje para armar una fórmula presidencial.

Las reglas de juego le permiten una jugada que tanto quisieran hacer sus colegas. Salta es la única provincia que le da dos reelecciones al gobernador y que elije autoridades un mes antes del cierre de listas para las nacionales.

Por lo que no tendrá que optar por quemar naves en una interna presidencial que tiene final abierto y donde parece difícil destronar a Daniel Scioli.

“A nosotros la gente de Salta no nos va a repudiar que después de ganar vayamos por más, porque lo ven como una patriada de la provincia”, interpreta un dirigente cercano a Urtubey que ya trabaja en esa estrategia.

Se diferencia así de Mauricio Macri, quien en 2011 no se atrevió a adelantar la elección de la ciudad y pedirle a los porteños que vayan al menos 4 veces a las urnas a votarlo.

Urtubey ya tuvo que apelar al apellido el año pasado: su hermano Rodolfo encabezó la boleta a senador y sólo así pudo ganar por escaso margen.

Es que la política salteña es bien heterogénea: hacen pie Juan Carlos Romero desde el peronismo disidente, Alfredo Olmedo con su partido propio y ahora apareció el Partido Obrero con sorprendentes actuaciones.

El gobernador de Salta no tiene indicios aún de un armado nacional y sus últimos movimientos en esa dirección fueron hace cuatro años.

Quien lo fogoneaba por el país era Alberto Fernández, ahora en las filas del Frente Renovador. Probablemente no le alcance un mes para llegar a todas las provincias.