El sector automotriz es el primer gran afectado por la devaluación y las restricciones a las importaciones, pero sin embargo el secretario general de Smata, Ricardo Pignarelli, no duda en mantener su enfática defensa a Cristina Kirchner.
“Yo tengo algo bien clarito: Estoy fanatizado con este modelo, que conserva la fuente de trabajo y el poder adquisitivo”, le dijo a LPO, horas después de conocerse que Renault suspendiera a 600 de los 1500 empleados de la localidad cordobesa de Santa Isabel. Los afectados deberán quedarse en sus casas con el 75% de sus salarios.
La compañía francesa tomó esa decisión cuando no pudo traer un container de su país, porque Augusto Costa no habilitó la importación. La complicación se agregó a otras que viene trayendo el sector automotriz, como la pérdida del mercado de Brasil y el aumento de los impuestos.
Las consecuencias empezaron a sentirse el último semestre: desde Agosto, Fiat suspende a los trabajadores por un día.
Y Peugeot, cuyos empleados están afiliados a la UOM, también aplicó suspensiones en sus plantas de Caseros y Brandsen por la caída de la demanda brasileña, que el Gobierno nunca pudo reemplazar.
En este contexto Smata tendrá paritarias en abril con la misma modalidad que implementa hace dos años: acuerdos trimestrales que miden el aumento del costo de vida pero también el crecimiento de la producción, indicador que otros gremios prefieren ignorar.
“Las paritarias son una negociación colectiva de necesidades mutuas. Por eso nosotros tenemos 84 convenios: 5 con las principales terminales y el resto con Pymes. Con esta modalidad el año pasado conseguimos un 27%”, se defendió Pignarelli.
Según pudo saber LPO, en algunas regionales no creen que el aumento haya sido tan oneroso y temen que este año la baja producción los deje una pésima situación.
El jefe de Smata no tiene apuros. “Por ahora las cosas no están tan complicadas. En enero se vendieron 100 mil unidades, tengo a Toyota, Ford y Mercedes Benz haciendo horas extras. Volkswagen está normal y General Motor a la espera de un nuevo proyecto”, confía.
La última compañía, de todos modos, no tiene tranquila a la regional de mecánicos de Santa Fe.
¿Qué pasará con la paritaria de abril, cuando las compañías frenen todo reclamo con la evidencia de la una producción menor? Pignarelli recuerda que ello ya pasó en 2008 y la solución fue un compromiso de aumentar cuando la situación se revierta.
“Fue eso lo que hicimos con Mercedes Benz y cuando se recuperó dio los aumentos a cuenta”, recordó Pignarelli. Aquel año, el Gobierno aportó fondos de la Anses para evitar una baja en la producción de General Motor y al verano siguiente financió con esa caja un plan de créditos para autos cero kilómetro.
Esta vez Cristina no está tan generosa: en diciembre implementó un aumento de impuestos a la compra de autos valuados en más de 170 mil pesos, devaluación mediante, una cotización no tan elevada. Y tampoco las deja importar.
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Es probable que su cabezota obsecuente luzca bien en una pica con la que los trabajadores marchen al frente con la cabeza de los dirigentes, ya que él no es capaz de ponerse a la cabeza de los trabajadores.
LA DEKADA MENTIDA Y HURTADA.