Cristina Kirchner pasó otro día más sin aparecer, sólo que a diferencia de ayer ni siquiera apareció la Casa Rosada. En este extraño giro que está construyendo en la manera de ejercer la presidencia, inauguró hoy una práctica comunicacional: informar sobre audiencias con funcionarios sin aclarar el contenido y mucho menos el resultado.

Por la mañana, se informó que había recibido en la residencia de Olivos al ministro de Economía, Axel Kicillof; y a los titulares de YPF, Miguel Guluccio, y de la Anses, Diego Bossio.

"La Presidenta de la Nación comunicará su agenda hoy por la mañana. Ella va a determinar la agenda", se desentendió esta mañana el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich.

La bajada de línea es clara y condice con un rumor que sobrevuela la Casa Rosada: Por temas vinculados a su salud, Cristina no volverá a estar activa como antes y sólo sobrevolará la gestión.

El tema inquieta a todos pero sobre todo al jefe de Gabinete, víctima de las desautorizaciones de los funcionarios de mayor peso en el Gobierno.

Hasta la semana pasada la versión más fuerte era que hoy volvería tras 19 días con un acto en el Ministerio de Desarrollo Social junto a Alicia Kirchner, con un anuncio sobre la actualización de la asignación universal por hijo.

Anoche, tras una fugaz visita de Cristina a la Casa Rosada, se supo que ese anuncio no existiría y que la presidenta volvería a recluirse en la residencia de Olivos, donde arribó el domingo tras 18 días de ausencia.

Sus últimas declaraciones fueron el 10 de diciembre durante la celebración del retorno democrático. Nadie imagina cuando dará sus próximas palabras y si se animará a viajar el 31 a Venezuela a participar de la cumbre del Mercosur, dos veces suspendida par garantizar su presencia.