La relación con China no pasa su mejor momento. Kicillof y De Vido visitaron ese país esta semana, volvieron sin nada y al arribar encontraron una dura reacción del gobierno chino por los saqueos a supermercados orientales.

“En Argentina, el final del año es un período de alta actividad delictiva. El Departamento de Asuntos Consulares y la Embajada china en Buenos Aires seguirán presionando al Gobierno argentino para que tome medidas tangibles para proteger la seguridad y los intereses de los ciudadanos chinos”, señaló ayer a la agencia oficial china Xinhua el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país, Hong Lei.

Ante esa situación, el gobierno chino envió a la Argentina al viceministro de Seguridad Pública, Li Wei, “para abordar la cooperación contra la delincuencia dirigida contra ciudadanos chinos y los saqueos”, informó la misma agencia.

La Cancillería china confirmó la muerte de un ciudadano de ese país y que su embajada había presentado protestas formales ante el Gobierno de la Argentina, al que le pidió que resolviera el caso lo antes posible

Según publicó Clarín, la preocupación de China habría llegado a tal punto que funcionarios de su Cancillería citaron días atrás al embajador argentino en Beijing, Gustavo Martino, para exigirle que se tomaran cartas en el asunto.

Tal como informó LPO, De Vido viajó a China lograr lo que Kicillof y sus cercanos funcionarios habían intentado sin éxito hace un mes: cerrar una aseguradora que permita iniciar la construcción de las represas de Santa Cruz, licitada a una constructora de ese país.

Voceros del Ministerio de Planificación hicieron trascender que el acuerdo con la aseguradora estaba por cerrarse pero la confirmación nunca llegó.

Kicillof le siguió el paso y planificó un gira con la excusa de intentar un canje de moneadas (swap), que ni siquiera pudo implementar.

Mientras retornaban, un supermercadista chino murió en Glew y el ataque a esos locales fue tan habitual durante la protesta policial que la cámara que los agrupa les propuso cerrar más temprano y limitar el stock. Y, si es necesario, no abrir hasta enero.