Con resultado casi “cantado”, la segunda vuelta electoral en Chile que se realizará el domingo próximo no genera demasiado entusiasmo. El mejor ejemplo es que el eje informativo político hoy en Santiago no pasa por la elección que enfrentará a la ex Presidenta Michele Bachelet – amplia favorita - y a la ex ministra de Trabajo de Sebastian Piñera, Evelyn Matthei, sino por el anuncio de la Corte Internacional de Justicia de que el 27 de enero próximo, se conocerá el fallo de ese tribunal sobre la controversia planteada por Perú contra Chile por unos 35.000 km cuadrados de territorio marítimo que están bajo jurisdicción chilena desde el fin de la llamada Guerra del Pacífico que enfrentó a chilenos y peruanos (y bolivianos) entre 1879 y 1883.
Es que el fallo de esa Corte, con sede en La Haya pero que pertenece a la ONU, es vinculante y no puede ser apelado. La demanda fue interpuesta por Perú en 2008 y en Chile todos confiaban en que la resolución, cualquiera fuera, le tocaría a la próxima mandataria (cualquiera fuera también). Para colmo, los días 28 y 29 de enero Piñera está invitado a Cuba donde se reunirán los mandatarios de los países miembros de la CELAC, organismo del que también forma parte Perú y consecuentemente podría cruzarse con el Jefe de Estado de ese país, Ollanta Humala, al otro día de conocerse el veredicto.
En este punto no hay diferencias entre las candidatas, de hecho cuando Perú inició la demanda Bachelet era Presidenta y lo calificó como un acto “inamistoso”. Hoy, apenas conocido el fallo, desde ambas coaliciones se alinearon con el gobierno y apostaron a que el fallo favorezca a Chile aunque el “bacheletismo” remarcó la importancia de que sobre todo prevalezca la paz en la región.
Pero no la tiene fácil Chile toda vez que su aspiración máxima es “empatar”. El territorio en disputa es hoy 100% chileno y salvo que la Corte respalde totalmente la postura trasandina, todo otro veredicto le resultará perjudicial. Con todo, algunos analistas mencionaban hoy una tercera opción que involucraría aguas internacionales beneficiando a Perú sin perjudicar a Chile. Se sabe que en La Haya no son afectos a resoluciones que privilegien en demasía a unos sobre otros, el fallo sobre las pasteras del río Uruguay fue un ejemplo en ese sentido.
No es este el único frente de conflicto que tiene abierto Chile en la CIJ. Con el impulso del Presidente Evo Morales, Bolivia volvió a la carga con su histórico reclamo de tener salida al mar. El 24 de abril pasado, el gobierno boliviano demandó a Chile en La Haya por 400 km de costa y 120.000 km cuadrados de tierra perdidos también en la llamada Guerra del Pacífico.
Las elecciones
Sin certezas sobre la cantidad de chilenos que finalmente elegirán ejercer el derecho al voto el próximo domingo, lo único que se animan a pronosticar políticos y periodistas en Santiago es que Bachelet será la ganadora.
El debut del voto voluntario en una presidencial (en las municipales de 2012 ya se utilizó) no fue del todo alentador, poco menos del 50% de los 13.573.143 chilenos habilitados concurrieron a las urnas y con un resultado casi “cantado” para la segunda vuelta, se prevé que ese porcentaje sea aún menor y por lo tanto los porcentajes de respaldo a las candidatas son inciertos.
Además de los márgenes de abstención, el otro interrogante para el domingo pasa por los resultados que obtendrán Bachelet y Matthei en comparación no solo con la elección de primera vuelta el pasado 17 de noviembre, sino con los obtenidos por sus coaliciones en el rubro parlamentario. La socialista, obtuvo poco más del 46% y Nueva Mayoría – frente que incluye a socialistas, democratacristianos y comunistas entre otros – superó el 47% en diputados y el 50% en senadores pero la Alianza oficialista sacó 36% en diputados y 38% en senadores contra poco más de 25% de su postulante presidencial.
En consecuencia Bachelet aspira a superar la barrera del 60% y poder así tener las manos libres respecto a los dirigentes que la apoyan, mientras que Mattehi busca acercarse al 43% que según marcan las encuestas, registra el Presidente Piñera de imagen positiva.
Justamente Piñera tiene sus propias aspiraciones en esta elección. Si se confirman los pronósticos previos, gana Bachelet y Mathei no supera “su” 43%, el Presidente comenzaría el lunes mismo la campaña por volver a La Moneda en 2017.
Y del otro lado de la cordillera, el “cristinismo” más duro también se ve en ese espejo. No solo porque un eventual triunfo opositor en 2015 dejaría a CFK, como a Piñera ahora, en condiciones de aspirar a volver en 2019 sino por una estrategia más maquiavélica a la que ya se subió Bachelet.
¿Por qué cómo puede Bachelet, ex Ministra de Salud y Defensa de Ricardo Lagos, ex Presidenta, en definitiva, figura de primerísima línea de la moderada “Concertación” que gobernó Chile entre 1990 y 2010 sin moverse del “centro” ideológico, convertirse ahora en la “abanderada” de las nuevas demandas de izquierda que plantea gran parte de la sociedad chilena? .
La respuesta es sencilla: Porque la sucedió un dirigente que, más allá de su gestión que no se diferenció demasiado de las de las anteriores, representa simbólicamente a la “derecha”, ingeniero, economista, empresario, dueño de una de las mayores fortunas de Chile, su impronta es sin duda de “derecha”.
Cualquier similitud con las especulaciones acerca de que algún sector del kirchnerismo prefiere a Mauricio Macri como sucesor para ocupar definitivamente el sector centroizquierdista del mapa político argentino, no es pura coincidencia.
Por favor no corte ni pegue en la web nuestras notas, tiene la posibilidad de redistribuirlas usando nuestras herramientas.