Diciembre será un mes de cambios en varios municipios bonaerenses que tienen a sus intendentes como postulantes a cargos nacionales en las elecciones de octubre. Aunque en todos los casos se niegan las candidaturas testimoniales, hay algunas dudas sobre el futuro.
Los casos más relevantes son los de Sergio Massa y Martín Insaurralde los dos principales candidatos en la Provincia. El tigrense fue el único de los alcaldes que se postula en pedir licencia para la campaña y ya avisó que asumirá su banca en diciembre, acaso tratando de ahuyentar los fantasmas de 2005 y 2009, cuando fue electo diputado pero no asumió.
Insaurralde también se comprometió a sentarse en el Congreso desde diciembre, pero después de la derrota en las primarias empiezan a surgir algunas dudas. El alcalde de Lomas de Zamora sabe que es muy probable que la caída en octubre sea más pronunciada y teme que el kirchnerismo le haga pagar el costo.
En el caso de que eso ocurra, Insaurralde es consciente que será marginado a la hora de repartir los cargos en la Cámara de Diputados y será uno más en el bloque. En términos de poder real, perdería buena parte de su margen de acción y su capacidad de negociación quedaría muy reducida.
En cambio, su regreso a la intendencia le daría la capacidad de reconstruir su poder y continuaría gobernando un distrito con más de 450 mil electores, el segundo de mayor peso del Conurbano. Vislumbrando las negociaciones que se vienen dentro del peronismo, mantener ese poder no es poca cosa.
Según supo LPO, hasta ahora Insaurralde no ha planteado el tema ante la Casa Rosada y recién podría surgir después de octubre, a sabiendas de que probablemente termine chocando con Cristina Kirchner. La Presidenta avisó antes de las PASO que no quería saber nada con las testimoniales, lo que no impidió que algunos como Fernando Espinoza o Alejandro Granados terminaran encabezando las listas de concejales sin intenciones de asumir.
De todos modos, desde el entorno de Insaurralde desmintieron con énfasis el rumor de una permanencia en el municipio después de las elecciones. “Sabemos del rumor, pero Martín no vuelve a la intendencia”, afirmaron a LPO. Insaurralde tiene decidido capitalizar el conocimiento público que le dio esta elección para pelear la gobernación en el 2015 y en ese sentido, cerca suyo entienden que aún descontando el maltrato de un sector del kirchnerismo después de la elección, sería muy alto el costo a pagar en términos de opinion pública si vuelve a la intendencia.
En Lomas de Zamora la salida o regreso de Insaurralde también disparó una serie de especulaciones sobre el futuro control político del distrito. El sucesor del actual candidato del Frente para la Victoria es Santiago Carasatorre, presidente del Concejo Deliberante y un clásico dirigente del PJ bonaerense con su propio marco de alianzas.
Históricamente, uno de los hombres de mayor confianza de Insaurralde fue Guillermo Viñuales, su actual jefe de Gabinete y candidato a primer concejal en octubre. Entre Carasatorre y Viñuales hay una silenciosa interna por los espacios de poder en el municipio. Sin embargo, Insaurralde también tejió una relación de plena confianza con Carasatorre, explicaron a LPO fuentes del Municipio. "Santiago va a ser el intendente los próximos dos años", resumireron enfáticos.
Giustozzi, resignado
En el caso del jefe comunal de Almirante Brown, segundo en la lista del Frente Renovador, las posibilidades de que se mantenga en su cargo actual después de diciembre parecen descartadas, pese a que en algún momento se mencionó la posibilidad de que renuncie como diputado.
En realidad, esa era la intención de Darío Giustozzi, que incluso llegó a anunciárselo a su círculo cercano. Sin embargo, ahora en su entorno aseguraron a LPO que está absolutamente descartado y en su lugar asumirá el actual secretario de Obras Públicas, Daniel Bolettieri, un ex dirigente radical.
Es que Massa bajó una orden terminante: Todos los candidatos de su lista deben asumir las bancas. Además del propio Massa también dejarán su cargo los intendentes Sandro Guzmán y Gilberto Alegre. Es decir, no hay ninguna chance para Giustozzi de regresar a la intendencia sin pasar por un conflicto feo que arruine sus chances de ser el candidato a gobernador del Frente Renovador en el 2015.