"El problema para Cristina Kirchner es que ahora está recogiendo lo que ella misma sembró. Su Gobierno alimentó sin matices el sistema de jueces subrogantes que rotan en los juzgados", explicó a LPO el constitucionalista Andrés Gil Domínguez, tras la acusación del ministro Julio Alak ante el "bloqueo" de la oposición en la designación de magistrados en el seno del Consejo de la Magistratura.

Gil Domínguez recordó que esta Corte Suprema, en 2007, en su fallo Rosza, estableció que el sistema de subrogantes no podía seguir. Allí explicó que las facultades transitorias otorgadas a estos jueces temporales tienen el objetivo de no frenar, demorar o incluso paralizar la administración de Justicia. Pero pidió que hasta tanto no sean nombrados los jueces naturales -que son los estables, que deben conocer en profundidad cada una de las causas para resolverlas- se tenía que instituir otro régimen de subrogantes.

"Se estableció entonces que el propio Poder Ejecutivo debía armar un listado con magistrados subrogantes, elegidos por la Presidenta con acuerdo del Senado, para que de allí salgan los magistrados que temporalmente se encarguen de las suplencias, siempre hasta que el Consejo de la Magistratura envíe a los ternas de los jueces que van a ocupar el definitivamente ese juzgado", detalló el especialista.

Pero Cristina Kirchner nunca avanzó con la confección de ese listado. Y, paralelamente, cuando el Consejo de la Magistratura iba enviando las ternas de jueces que habían concursado para hacerse cargo de los juzgados, eran frenados por la Rosada, que durante años frenó la designación de jueces.

Fuentes judiciales explicaron que es "más sencillo presionar y cooptar a un subrogante que a un juez que tiene estabilidad en su cargo".

Pero Gil Domínguez entiende que "ahora necesitan una sentencia ejemplar, un fallo que termine con su guerra con Clarín. Y van en contra de lo que ellos mismos vienen haciendo. Ahora quieren garantizarse un juez adicto para que la sentencia sea la que ellos quieren. No hay otra opción. Bajo el sistema de rotación podría caer un subrogante que mueva la causa en un sentido que ellos no deseen".

Por eso, todos los sorteos que haga la Cámara probablemente sea recusados por el Gobierno. Mientras tanto, la minoría del Consejo de la Magistratura también seguirá bloqueando la designación de la terna que quiere el Gobierno, bajo un concurso que está impugnado desde el minuto cero por el radicalismo. "Aguad dijo desde el comienzo que está plagado de irregularidades", recordó Gil Domínguez.

Y agregó: "Por otra parte, aunque la Corte ya se expresó sobre el sistema de subrogantes, no puede intervenir en el funcionamiento del Consejo de la Magistratura. No es de su competencia. En esa trampa institucional nos encontramos".

Pero el constitucionalista remarca otra contradicción profunda del kirchnerismo: "Denuncia que la minoría no le aprueba un concurso, y fue un proyecto de Cristina Kirchner el que estableció que para aprobar los concursos hace falta una mayoría agravada que garantice un alto grado de consenso. Pero eso parece no importar y denuncian a los miembros de la minoría son denunciados penalmente por defender una postura ideológica basada en libertad de pensamiento".

Para Gil Domínguez, lo preocupante es que "esta trampa institucional no parece haber una salida, al menos hasta que el más fuerte se imponga".