Sergio Urribarri es el mejor ejemplo de lo indistinto que es para los gobernadores haber cumplido o no con los deseos de la Casa Rosada. Considerado un mimado de Cristina Kirchner, el gobernador de Entre Ríos padece tanto o más problemas financieros como sus pares y fue el primero en desdoblar el pago de sueldos.
Consultado, sus funcionarios suelen adjudicar esos problemas a la baja en la coparticipación federal, producto de la caída en la recaudación nacional. En algunos casos, hasta se animan a hablar de “la crisis del mundo”, según relataron a LPO fuentes de Entre Ríos.
Por la causa que sea, la administración de Urribarri mostró signos de agotamiento alarmantes, no saldado con la reforma tributaria que aumentó hasta un 600% el inmobiliario y obligó a Alfredo De Angeli a volver a las calles.
En abril pagó los sueldos en dos tramos, al mes siguiente lo hizo de un pago pero en un cronograma que se extendió hasta el 14 de mayo y nadie puede garantizar tener los fondos para saldar los aguinaldos. “Podrían pagarlos en octubre”, repiten en la provincia.
Otro problema cada vez mayor es el déficit de la caja de jubilaciones, que rondaría los 800 millones anuales, levemente por debajo de la de Córdoba, donde el gobernador es José Manuel De la Sota, enemistado con Cristina.
Esa es la gran paradoja de Entre Ríos, tal vez el mejor espejo del déficit estructural de las provincias que no está dispuesta a detener la presidenta. “La buena relación con el gobierno se nota sólo en la obra pública”, explican. O sea, desde la Casa Rosada no se dan favores en efectivo, sino que sólo permite que las provincias emitan más deuda.
“Es increíble, no puede seguir hablando de 2001”, se indignó el diputado radical Atilio Benedetti, de recorrida por la provincia.
El ex candidato a gobernador recordó que la deuda total de la provincia era de 3.387 millones de pesos en 2007 y en diciembre de 2011 alcanzó a 5.535. “En el primer trimestre de 2012 la deuda flotantes es de 1.405 millones y la coparticipación a municipios 289 millones”, reseñó.
Urribarri cuenta con el respaldo político casi histórico para sobrellevar este momento. Además del supuesto respaldo nacional, tiene un poderío político en su provincia casi histórico, con la totalidad de los senadores y una amplia mayoría en Diputados. Una buena elección en el año próximo podría dejarlo con chance de impulsar una reforma constitucional para conseguir un tercer mandato.
Su capital no termina ahí. Para desdoblar los salarios contó con el apoyo de los líderes de UPCN, ATE y Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer), la asociación de Magistrados.
El primero de los gremios está a cargo de José Allende, presidente de la Cámara de Diputados entrerriana. Ate tiene como secretario general a Miguel Pelandino, cercano también a Fabián Peccín, titular de Agmer.
El acuerdo fue resistido por algunas regionales, como la de ATE en Concepción del Uruguay. “Rechazamos rotundamente lo acordado con las centrales gremiales. Acordar sin consultar es engañar al compañero trabajador”, denunciaron.
Ahora el gobernador y todavía vicepresidente del PJ debería negociar como pagar los aguinaldos sin protestas. Será la negociación que afronte los próximos días.