"El Partido Republicano ha cambiado", sentenció anoche el precandidato a gobernador de Minnesota Tim Pawlenty, anunciando su fracaso en la elección primaria para definir candidatos para noviembre. "Esta es la era de Trump, y yo simplemente no soy un polÃtico trumpista". Anoche el presidente consolidó su dominio sobre su partido. Casi todos los precandidatos que apoyó ganaron sus elecciones primarias y pasarán a contender en la elección de noviembre contra los demócratas.
Asà ocurrió el Minnesota con el triunfo de Jeff Johnson; pero la sorpresa más grande fue en Kansas, donde el secretario de Gobierno del estado Kris Kobach derrotó al actual gobernador Jeff Colyer con el apoyo de Donald Trump. Una de las apuestas más audaces del presidente en lo que va del periodo de elecciones internas. Kobach encabezó la cuestionada comisión de fraude electoral que intentó el año pasado comprobar la existencia de tres millones de votos fraudulentos para Hillary Clinton en la última elección presidencial. Aunque la comisión fracasó, el premio para Kobach podrÃa ser una gubernatura en noviembre.
La mayorÃa de los republicanos que ganaron sus internas alguna vez criticaron a Trump, sin embargo, supieron recular a tiempo. Asà ocurrió con el gobernador de Wisconsin Scott Walker, quien ha sido cuestionado por no defender a Harley-Davidson, una de las empresas más emblemáticas de su estado que ha caÃdo de la gracia de Trump por criticar sus aranceles en Europa. Lo mismo con Johnson el candidato de Minnesota, que durante la campaña presidencial criticó al entonces candidato Trump, pero con el tiempo terminó por alinearse. Mismo caso que la senadora estatal Leah Vukmir en Wisconsin, quien anoche arrebató su curul a la senadora Tammy Baldwin y seguramente ganará la elección general en noviembre.
El problema para Trump es que está jugando sus cartas de manera muy abierta. Si en noviembre se confirman los temores de los republicanos y pierden control de la Asamblea, será difÃcil incluso para Trump, especialista del spin y experto manipulador mediático, sacudirse el olor a fracaso. Lo mismo con las gubernaturas. A muchos republicanos del establishment nacional les preocupa que alguien como Kobach aliene a sus votantes moderados e indecisos en Kansas y termine por costarles la elección. Los mismo con el relativamente desconocido Johnson. Por supuesto, si ganan, el presidente será imparable durante por lo menos los siguientes dos años.
Aparte de Trump, quien insiste en utilizar sus polÃticas comerciales y migratorias como mensajes de campañas, el liderazgo del partido ya se muestra preocupado. Mitch McConnell, lÃder republicano del Senado, ya ha reconocido públicamente que, aunque distante, la posibilidad de que los demócratas les arrebaten la Cámara Alta existe. Como respuesta, el poderoso senador estará impulsando una serie de leyes de corte centrista que tienen el aparente objetivo de seducir al votante indeciso y apartidista.
Mientras tanto los demócratas también tuvieron una jornada histórica. En Vermont, estado del excandidato presidencial y lÃder del socialismo demócrata Bernie Sanders, ganó la primaria al Gobierno del estado la primera mujer transgénero en la historia, Christine Hallquist, aunque es improbable que gané la general en noviembre. En Connecticut ganó la que podrÃa ser la primera Senadora negra del estado, Jahana Hayes, ella sà con fuertes posibilidades de triunfo en la elección general. Otro avance ocurrió en Minnesota, donde una somalÃ-americana musulmana, también por primera vez, ganó la primaria para jugar por una curul en la Asamblea. El también musulmán Keith Ellison también triunfo en la primaria de Minnesota para competir por la FiscalÃa General del estado.
En Wisconsin los demócratas apostaron a candidatos no muy vistosos. Quien enfrentará a Walker en noviembre es Tony Evers, un funcionario del sistema educativo del estado que no ha hecho mucho ruido a nivel nacional. Para Minnesota escogieron al asambleÃsta Tim Walz, otro maestro y veterano del Ejército, que durante su paso por el Congreso se alineó con los centristas. Actualmente tiene una pequeña ventaja sobre el candidato trumpista Johnson, pero la moneda está en el aire.
Los resultados confirman que la pelea entre el establishment centrista del Partido Demócrata y los llamados progresistas, quienes apoyan polÃticas abiertamente socialistas, está a todo. La nueva rockstar del movimiento que encabeza Bernie Sanders, Alexandria Ocasio-Cortez, quien ganó su primaria en Nueva York en junio, está recorriendo el paÃs y apoyando a candidatos progresistas para arrebatar curules rumbo a noviembre. El Partido Demócrata está viviendo un cambio de proporciones bÃblicas en el que el viejo establishment, representado por figuras como Hillary Clinton o la lÃder de la minorÃa en la Asamblea Nancy Pelosi, están siendo forzados a moverse a la izquierda para seguir siendo viables.
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- 116/08/1801:49Mientras aca , el inutil d macri juega al liberalismo y en EEUU juegan al proteccionismo