Los senadores provida lograron impedir que haya dictamen de la ley del aborto, pero aún asà se debatirá el 8 de agosto y los verdes confÃan en lograr una mayorÃa para aprobarla con cambios.
Deberá ponerse en tratamiento el texto aprobado en Diputados el 13 de agosto y no el modificado por Miguel Pichetto con las sugerencias de los senadores por Córdoba, que tendrÃa 32 adhesiones contra 35 en contra. Si ese grupo verde, que hoy se movió en bloque, lograra pasar al frente, podrá aprobar en general el proyecto y luego modificarlo en particular. Les queda una semana para sumar aliados. "El acuerdo no se altera por la maniobra de quienes pretenden seguir mirando para otro lado a la hora de reconocer derechos a las mujeres", ratificó el cordobés Carlos Caserio,
Apuntan a la neuquina Lucila Crexell, que se declaró indecisa, pero deben consolidar al radical santacruceño Eduardo Costa, que esta noche emitió un comunicado ambiguo: dijo defender la vida "como valor supremo" y anunció que buscará un proyecto de "consenso", sin aclarar si hablaba del que ya acordado por sus pares.
Sin dictamen, para debatir la ley en el recinto los celestes deberán habilitar el tratamiento (se necesitan dos tercios de los presentes) y si bien los peronistas Dalmacio Mera y José Mayans se comprometieron a hacerlo, llegarán a ese dÃa con el arma de bloquear la sesión. La movilización multitudinaria que se espera no facilitará chicanas de tal calibre.
Lo cierto es que este miércoles apelaron a una maniobra reglamentaria para frenar el dictamen: no firmaron uno de rechazo, como se esperaba, y asà impedieron que sus rivales presentaran el suyo.
Es que para que algún despacho tenga validez hace falta que la mitad más uno de las miembros de las comisiones hayan firmado ese o cualquier otro. Al no escribir ninguno, los provida lograron que nadie pudiera hacerlo.
La jugada la pergeñaron por la noche los principales referentes de este grupo: Mayans (Justicialismo), Silvia ElÃas de Pérez, Olga Brizuela y Doria (UCR), Esteban Bullrich y Federico Pinedo (PRO). HabÃan sumado tres votos durante el dÃa pero supieron que sus rivales se unieron para un dictamen con cambios e intentarÃan imponerlo.
Si bien festejaron como un triunfo habérselo impedido, tampoco hubieran podido celebrar un despacho de rechazo con mayorÃa (o sea, con más firmas que el otro), porque al menos dos de los tres ausentes los contabilizan como propios: Adolfo RodrÃguez Saá y el santiagueño Gerardo Montenegro.
La otra silla vacÃa fue la del salteño Juan Carlos Romero, uno de los indecisos junto a los peronistas Omar Perotti y José Alperovich, que anunció por twitter que no anticipará su voto hasta la sesión, pero repudió las pegantinas en su contra por no rechazar la ley. En el Congreso se interpretó como un gesto a favor.
Enterado de la artimaña, ni bien comenzó el plenario de comisiones Pichetto jugó una carta: citó el artÃculo 180 del reglamento que señala que para dictaminar "la mayorÃa absoluta se computa sobre el conjunto de los integrantes de todas las comisiones participantes".
Federico Pinedo le recordó que el 105 aclara que para emitir al menos un dictamen "se requiere la firma de por lo menos más de la mitad de los miembros que reglamentariamente integran cada una de ellas".
El debate giró en torno a cómo contabilizar los votos de los senadores que integraban dos o las tres comisiones del plenario: Salud, Asuntos Constitucionales y Justicia y Asuntos Penales.
El kirchnerista Marcelo Fuentes y Pichetto exigÃan que sean votos dobles y asà con 27 firmas podÃa validar el dictamen, pero el radical Mario Fiad, a cargo del plenario, se los impidió: "Hacen falta la mayorÃa de cada una de las comisiones", interpretó.
"En tal caso puede resolverse en el pleno del recinto. Tenemos que dejar claro que hay una propuesta y del otro lado no tienen nada", lo desafió Pichetto, pero no tendrá muchas chances, porque su despacho, finalmente, obtuvo 26 firmas. "No son suficientes", le enrostró Fiad.
Hubo varias señales de respaldo al texto modificado como la del chubutense Mario PaÃs, peronista y leguleyo como pocos. "El control de la Constitución lo hace la Corte", se defendió. También se anotó por el sà el chaqueño Eduardo Aguilar, que pidió cambios hasta ayer.
Del otro bando, Mayans y ElÃas de Pérez fueron los más vehementes. "Ahora me entero que hablan de un presupuesto y no nos dejaron que la comisión lo tratara", se indignó el formoseño.
"El 8 vamos a ir a discutir al recinto porque le aborto no es bueno para nadie. Vamos a dar esta última batalla para defender la vida", finalizó la tucumana. Queda mucho tiempo.
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- 101/08/1818:16Minga con las modificaciones. Derogen el proyecto de ley del aborto y dejen nacer a las inocentes criaturas.