El martes pasado, horas después de conocerse el decreto de ajuste de Mauricio Macri, Germán Garavano reunió a su mesa chica del Ministerio de Justicia y dejó un mensaje claro: el nombramiento de jueces no se interrumpe.

La cuenta incluye los juzgados vacantes, que el Gobierno no quiere cubrir con subrogantes como en otras épocas, pero también los 94 que hace un mes el presidente prometió crear con la misión principal de combatir el narcotráfico.

El proyecto ya lo habían presentado unos días antes el senador del PRO Humberto Schiavoni y su par Rodolfo Urtubey, del bloque justicialista y presidente de la Comisión de Acuerdos.

Garavano le confirmó a su equipo que el ajuste no le impide nombrar jueces ni crear 94 juzgados federales con una ley que se tratará en agosto. 

Su firma garantiza el aval del bloque conducido por Miguel Pichetto y con esa expectativa la ley comenzará a tratarse en agosto, cuando pase la ley del aborto.

Pero su letra chica no resuelve un problema grave en tiempos de ajuste: cómo se financiarán las nuevas estructuras, con salarios que superan cómodamente los 100 mil pesos.

Garavano minimiza los costos porque la misma ley elimina secretarías de la justicia federal y cree que los nuevos jueces absorberán mucha de su estructura edilicia y su personal.

"Son juzgados sobrecargados que ahora desagotarán muchas causas y no necesitarán tantos secretarios y personal", explican en la cartera.

La mayoría son en zonas de frontera o en el conurbano, devastados por las causas de narcotráfico, el delito federal de mayor crecimiento.

Claro que el decreto presidencial impide crear nuevos cargos en el Poder Ejecutivo e invita a la Justicia y al Congreso a imitar la conducta.

De hecho, uno de los primeros en protestar fue Julio Piumato, jefe del gremio de judiciales, donde el clima por la falta de presupuesto quedó enrarecido desde la queja pública del presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti.

Muchos jueces y camaristas que escucharon el anuncio de Macri en el CCK de los 94 nuevos juzgados salieron desconcertados. "¿No cumple con el presupuesto y quieren más jueces?", se preguntaban.

Y recordaban que cualquier oficina judicial tiene 5 o 10 empleados y si no hay secretarios y hay prosecretarios con salarios abultados.

Pero el ajuste del FMI no frena le frena a Macri todos sus proyectos. Crear juzgados federales es uno de ellos.