El ajuste que deberá hacer el Gobierno nacional para reducir el déficit fiscal tras la salida traumática del gradualismo aún no cuenta con un plan concreto ni con los acuerdos políticos encaminados de cara a la discusión del presupuesto 2019.

La incertidumbre pesa entre los mandatarios provinciales que observan cómo la inflación y el estancamiento golpean a las economías locales lo cual comenzará a repercutir negativamente en la recaudación, además de deteriorar el humor social.

En este contexto, el presidente Macri llegó la semana pasada a la localidad de Carcarañá para reinaugurar una planta frigorífica de la firma Mattievich donde aprovechó para recriminarle a Lifschitz haber congelado la ley de ART en la Legislatura e insistió en señalar a "las mafias de los juicios laborales que le cagan la vida a los argentinos".

El reclamo por la adecuación al nuevo régimen de riesgos de trabajo sonó un tanto desacompasado luego de la corrida cambiaria y el posterior acuerdo con el FMI que demostraron que los problemas de la Argentina exceden ampliamente el accionar de algunos estudios jurídicos laboralistas. Lifschitz no pudo responder en el acto porque no le habilitaron el micrófono.

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Es que el gobernador socialista tiene poco para aportar en la discusión por el presupuesto. El Frente Progresista cuenta con un solo diputados santafesino, Luis Contigiani, que ya dejó bien en claro que tiene criterios propios a la hora de definir su voto.

Sin embargo, el socialista se las ingenia para ser una pieza clave en el tablero de la política general y tiene permanentes contactos con su par cordobés Juan Schiaretti y de Entre Ríos, Gustavo Bordet y el resto de los gobernadores peronistas. Hace pocos días lo visitó Urtubey.

"Es un momento para que las provincias nos defendamos juntas, al menos las no oficialistas", afirmaron a LPO funcionarios de primera línea del gobierno santafesino quienes impulsan la formación de un bloque para negociar con Nación temiendo que el impacto del ajuste sea más fuerte en los distritos ajenos a Cambiemos.

Es un momento para que las provincias nos defendamos juntas, al menos las no oficialistas, afirmó a LPO un funcionario de Lifschitz, que mantiene intensos contactos con Schiaretti y Bordet.

En rigor, las mismas fuentes oficialistas reconocen que hay que cumplir con la reducción del 1,3 por ciento del déficit, como se acordó con el Fondo, pero piden que se haga de la forma más justa posible.

En el entorno de Lifschitz aseguran que Santa Fe es uno de los distritos más discriminados por el gobierno nacional y sacan a relucir los números: mientras que en la provincia de Buenos Aires, al 31 de mayo, se ejecutaron 3.759 millones de pesos en obras públicas con fondos nacionales a Santa Fe le tocó 915 millones que apenas corresponde al 16.3 por ciento de lo presupuestado para todo el año (5.590 millones).

Para graficar, ponen de ejemplo la Autopista Pilar Pergamino donde se invirtieron 515 millones. "En una sola obra para la provincia de Buenos Aires le destinaron el 56 por ciento del monto total prometido para Santa Fe", se quejaron.

Respecto a las obras que Nación comenzó a ejecutar a paso lento y que ahora su continuidad se ve amenazada son la Autopista RN 34 donde se ejecutaron 203 millones de pesos, la reparación de la malla de la Ruta Nacional N° 95 y N°98 donde se invirtieron 160 millones, la avenida Circunvalación de Rosario con 157 millones (ver video) y la repavimentación de los corredores 4 y 5 con 222 millones de pesos.

En cuanto al resto del presupuesto no ejecutado, más de 4.500 millones, el gobierno local teme que no se concrete por el ajuste y las obras queden por la mitad además de haberse confirmado que se paralizaba la terminación de los hospitales regionales de Reconquista y Santa Fe.

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Otros proyectos que fueron recortados son los 21 jardines de infantes prometidos que solo se iniciaron nueve y ya tendrían que haber sido inaugurados pero la mayoría no llegó a certificar ni la mitad del trabajo.

Según funcionarios del socialismo la discriminación a la provincia también se advierte al analizar las transferencias de capital, partidas que en su gran mayoría son discrecionales y por fuera del presupuesto.

A fines de mayo se ejecutaron para Santa Fe 421 millones mientras que a a la Ciudad de Buenos Aires le asignaron 1.765 millones, cuatro veces más para una superficie infinitamente menor.

A su vez, el gobierno nacional le remitió a Córdoba 1.111 millones, mientras que a Jujuy y Mendoza le giraron partidas cercanas a los 700 millones de pesos y Entre Ríos recibió 480 millones.

Atento a estos antecedentes, Miguel Lifschitz busca hacer causa común y generar acuerdos entre los gobernadores de la oposición para poder negociar con mayor potencia y salir lo más entero posible de los tijeretazos que se avecinan.