El presidente Mauricio Macri participó de la inauguración del nuevo edificio de la Embajada de Uruguay en Buenos Aires junto a su par oriental, Tabaré Vázquez, y llamó a resolver las "nimiedades que han quedado de gobiernos anteriores" para "potenciar el futuro de ambos países".

"Tenemos una gran agenda de trabajo en conjunto", sostuvo el mandatario local durante el acto realizado en la flamante sede diplomática uruguaya ubicada en Arenales 1392, en el barrio porteño de Retiro.

En ese sentido, el jefe de Estado instó a resolver las "nimiedades que han quedado de gobiernos anteriores y restablecer el vínculo" para "construir desde el afecto, el respeto, el valor de la palabra".

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"Tenemos que potenciar el futuro de ambos países. Somos países que creemos en la integración y tenemos muchísimas cosas por hacer. Por eso quiero reconocer la linda relación que estamos teniendo, que arrancó con esa visita en enero de 2016", añadió.

Por su parte, su par uruguayo auguró que la nueva sede de la Embajada oriental en Buenos Aires "va a ser un lazo más de unión entre dos pueblos que se quieren".

"Es la casa del Uruguay en la Argentina y pretendemos que sea un lazo más de unión entre dos pueblos hermanos. Agradezco la presencia del señor presidente Macri, que nos honra en esta inauguración", agregó el líder del Frente Amplio.

Durante su discurso, Vázquez celebró la "experiencia de hermandad profunda" que existe entre ambos pueblos y señaló: "No es sólo una relación de vecindad, que lo es; no es sólo una relación institucional, que también lo es; pero es una relación sobre todo histórica y humana".

"Somos hermanos univitelinos, provenimos de la misma matriz histórica, tenemos los mismos pensamientos y sentimientos. Hay estrechísimos lazos entre nuestros pueblos. Sólo puedo agradecer de que tengamos este tipo de relación", concluyó el presidente uruguayo, que recordó que en la Argentina viven alrededor de 300 mil ciudadanos orientales.

Durante la ceremonia, acompañaron a los jefes de Estado los cancilleres de la Argentina, Jorge Faurie, y de Uruguay, Rodolfo Nin Novoa, y los embajadores Mario Barletta y Héctor Lescano Fraschini.

Además, Vázquez le obsequió a Macri una réplica de una pelota que se utilizó durante el Campeonato Mundial de Uruguay 1930.

El edificio fue construido en 1890 y formó parte, a comienzos del siglo XX, de la llamada "Ciudad elegante", época en que las residencias estaban inspiradas en el neoclasicismo francés.

Si bien fue restaurado y ampliado para cumplir su actual función, se mantuvieron las características arquitectónicas originales.