Tal como se preveía, mayo no fue el mes bisagra que el Gobierno anunciaba, donde se suponía que empezaría el proceso de desinflación. Como adelantó este medio, la misma volvió a acelerarse y se ubicó en el 2,1% mensual, según informó este jueves el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

Este incremento recién empieza a contemplar la devaluación que sufrió la moneda local desde el pasado 23 de abril, cuando inició la corrida cambiaria que todavía no tiene techo. Por lo tanto, se espera que durante los próximos meses se sigan registrando fuertes subas de precios, a pesar de las expectativas oficiales.

En los primeros cinco meses del año, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) acumula una suba del 11,9%. Es decir, que de acuerdo a esta proyección, en el primer semestre ya estaría cubierta la meta anual del 15% que había estipulado el Banco Central.

Tanto desde la autoridad monetaria como desde el Poder Ejecutivo se venía sosteniendo que a partir de mayo la inflación iba a tener una rápida desaceleración y que se iba a poder cumplir la meta prevista. Sin embargo, las últimas mediciones privadas la estiman en un nivel anual en torno al 30% e incluso el propio Banco Central eliminó toda meta inflacionaria para este año.

"La meta será igual o inferior a las expectativas actuales del mercado (REM) para el final de 2018 (27 por ciento), y luego 17 por ciento, 13 por ciento y 9 por ciento para diciembre de cada uno de los siguientes 3 años", detalló la carta de intención y el Memorandum de Entendimiento Técnico entre Argentina y el FMI que publicó el Ministerio de Hacienda este jueves.

La meta será del 27% para el final de 2018, 17% en 2019, 13% en 2020 y 9% en 2021, detalló la carta de intención y el Memorandum de Entendimiento Técnico entre Argentina y el FMI que publicó el Ministerio de Hacienda este jueves.

La variación del IPC de mayo estuvo muy influenciada por la suba de alimentos (3,3%), dada su sensibilidad con el movimiento del dólar. De esta manera, los bienes (2,7%) se incrementaron mucho más que los servicios (1,1%) y la inflación núcleo (2,7%) se ubicó muy por encima del aumento de los precios regulados (0,4%).

En abril, por el contrario, se había registrado el movimiento opuesto. Con un dólar relativamente estable hasta la última semana cuando empezó la corrida, las principales alzas se explicaron por los aumentos tarifarios que ubicaron la variación de los servicios en 3,7% y la de los precios regulados en un 5,7%.

Así, en los meses que el dólar da un respiro, las tarifas espiralizan los precios y cuando estas se mantienen es la suba de alimentos influenciada por la devaluación la que motoriza el proceso inflacionario.

Por su parte, la inflación interanual se ubicó casi un punto por encima del mes pasado (26,3%), lo que la coloca en 5 puntos porcentuales por arriba del mínimo de 21,5% alcanzado en junio de 2017, fecha desde la cual ha venido registrando una aceleración constante que ya acumula diez meses.

Por otro lado, el Índice de Precios al Consumidor de la Ciudad de Buenos Aires (Ipcba) se ubicó dos décimas por encima del promedio nacional al registrar un alza del 2,3% en mayo. La inflación acumulada en los primeros cuatro meses del corriente año fue del 12,3% -unas cuatro décimas por encima del promedio nacional- mientras que en los doce últimos meses mostró un avance de 27,2%.

Al igual que en el IPC nacional, la influencia de alimentos (3,2%) fue determinante. Al interior de la división, los principales impulsos provinieron de Verduras, tubérculos y legumbres (11,4%), Pan y cereales (4,3%), Leche, productos lácteos y huevos (2,4%) y Carnes y derivados (1,4%).