El miércoles 27 de junio Marcos Peña cumplirá con su obligación constitucional y asistirá al Senado a brindar el informe de gestión, pero no le será tan fácil llegar con las decenas de asistentes que suelen acompañarlo.
Es que es el dÃa del empleado público nacional y el jefe de Gabinete lo olvidó cuando definió su agenda. Sus empleados están furiosos y muchos ya lo imaginan buscando ayuda a último momento.
A Marcos no le gusta ir solo al Congreso. Suele desplegar un verdadero ejército de asesores en el salón IllÃa del Senado y en Pasos Perdidos de Diputados, con la tarea de ayudarlo a responder preguntas en tiempo real.
La semana pasada Peña fue a la Cámara baja y no la pasó bien: evitó confrontar con la oposición y para eso esquivó la mayor parte de las preguntas sobre la reciente corrida cambiaria.
En el Senado el clima siempre es menos hostil, porque la mayorÃa de las preguntas están dirigidas a obras inconclusas en las provincias y no suelen generarse debates fuertes.
En su primera visita del año al Senado, previa a la corrida cambiaria, el jefe de Gabinete no tuvo el gusto de enfrentar a Cristina Fernández de Kirchner, que dejó la banca vacÃa y ni siquiera acercó preguntas. "Me gustarÃa que hubiera estado aquÃ", se lamentó.
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- 130/05/1817:16El inoperante, que hasta un cachivache como el caheton Milei le pega.