El impacto que produce en la política y hasta la gobernabilidad, el paso de un sistema de precios críticos subsidiados a la operación plena del mercado puede ser brutal, como lo demuestra la masiva huelga de camioneros de Brasil, que tiene al país al borde del desabastecimiento y obligó al presidente Temer a movilizar al Ejército para liberar las rutas.

El conflicto estalló cuando la actual gestión de Petrobras decidió liberar de manera absoluta los precios de los combustibles -reprimidos durante la presidencia de Dilma Rouseff-, en un ultrismo que incluye el reflejo en las pizarras de las variaciones diarias del petróleo.

Un conflicto de igual magnitud enfrentó a inicios del 2017, el mexicano Peña Nieto cuando su secretario de Hacienda y actual candidato a presidente, José Antonio Meade, libero el precio de la gasolina -históricamente subsidiado- y desato una gravísima ola de saqueos en todo el país, conocimos como gasolinazo. El PRI nunca se repuso de aquel conflicto y en las presidenciales de Julio marcha tercero.

El Gobierno de Macri también esta pagando un costo político altísimo por una política similar de liberación de las tarifas de gas y electricidad, que además le provocó un repunte inflacionario. El tema despertó a la oposición que este miércoles intentará sancionar en el Senado una ley que limite los ajustes de precios, que Macri anticipó está dispuesto a vetar y no sólo eso, desafiante anunció el viernes pasado que vendrán nuevos aumentos.

Sin embargo, acaso consciente qué transita sobre una delgada línea roja, hace dos semanas su Gobierno resolvió congelar el aumento de los combustibles -impulsado como en todo el mundo por la suba del barril- hasta principios de julio; anticipando una tensión que tiene en vilo al gabinete.

Realismo tarifario

Brasil es entonces un interesante laboratorio para analizar las posibles consecuencias de la próxima liberación del precio de las naftas, que se acoplaría al malestar existente por las tarifas y al conflicto abierto que tiene Macri con el líder de los camioneros, Hugo Moyano.

Bloqueo de camiones en Brasilia.

Télam/AFP

El economista y filósofo Eduardo Giannetti, ex asesor económico de la candidata presidencial Marina Silva, egresado de la Universidad de San Pablo y doctor en economía de Cambridge, ofrece una filosa visión sobre el conflicto que sacude al gigante latinoamericano.

En una entrevista publicada este domingo por el diario Folha de San Pablo, Giannetti le pide a Temer que introduzca algo de "realismo tarifario" en sus políticas, para detener una crisis que podría llevarse puesto a su gobierno.

"Nos pasó algo muy común en Brasil, fuimos de un extremo a otro. Pasamos de la mano pesada de Dilma -que reprimió la corrección sobre los derivados de la suba del petróleo para controlar la inflación en el corto plazo y generó un enorme desequilibrio-, al otro extremo del actual fundamentalismo del mercado", afirma el economista paulista.

Giannetti cuestiona que el gobierno de Temer haya implementado un sistema que transmite de manera casi directa a los surtidores las variaciones de precio del petróleo. "Esto genera enorme volatilidad en los precios y produce traumas en la población", advierte el economista.

"Hasta el Banco Central, en un régimen de cambio flotante, utiliza herramientas para atenuar la volatilidad del tipo de cambio ¿Cómo no utilizarlo en algo tan sensible para la población, como son los combustibles", agrega Gianetti, quien enmarca esa posibilidad en una política de "Realismo tarifario".