Después de cinco meses de incertidumbre, el Parlamento de Catalunya finalmente eligió al nuevo presidente regional. Se trata de Joaquim 'Quim' Torra, un hombre del destituido y exiliado Carles Puigdemont, que en su asunción continuó continuar con el plan independentista al hablar de "una república para todos los catalanes".

Torra reiteró que será un presidente "provisional" y que el presidente legítimo sigue siendo Puigdemont, quien se encuentra en Berlín a la espera de que se resuelva su extradición a España, que lo reclama por rebelión y sedición. "Quiero decirle desde aquí que lo vamos a investir, porque es uno de los objetivos que nos hemos propuesto", fueron sus primeras palabras.

Tras fracasar el sábado último en su primer intento de investidura, por falta de mayoría absoluta, Torra necesitaba en segunda votación una mayoría simple, que tenía asegurada con las cuatro abstenciones de los anticapitalistas de la Candidatura de Unidad Popular (CUP).

Su candidatura obtuvo 66 votos a favor, los que suman la fuerza independentista Junts per Catalunya (JuntsxCat) y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), frente a los 65 votos en contra de la oposición, formada por los liberales de Ciudadanos, los socialistas del PSOE y el partido de izquierda Catalunya en Común Podem.

La CUP, que facilitó su investidura, argumentó que no apoyaba a Torra porque su gobierno "no se plantea en términos de desobediencia y confrontación", pero, mediante la abstención, su partido pretende "crear un terreno de lucha política contra el Estado y el autonomismo".

La elección de Torra pone fin a más de cinco meses de bloqueo político desde las elecciones de diciembre y tras varios fracasos de los independentistas por investir a Puigdemont u otros candidatos con problemas legales. 

También implicará, en principio, que se levante la intervención del Ejecutivo nacional a la Generalitat. No obstante, el compromiso del nuevo presidente con un programa de gobierno separatista augura una profundización del conflicto.

De hecho, Mariano Rajoy declaró que lo que ha escuchado de momento por parte de Torra no le "ha gustado" y le advirtió que "la ley se van a cumplir". El presidente ya programó reuniones con los líderes opositores del PSOE, Pedro Sánchez, y de Ciudadanos, Albert Rivera, que le exigió que "actúe ya".  

El desafío de Torra hasta ahora es verbal. Anunció que volverá a impulsar las 16 leyes aprobadas por el Parlamento catalán que fueron impugnadas por el Tribunal Constitucional y que creará un "Consejo de la República en el exilio". La clave será si retoma el proyecto separatista lo que habilitaría a una nueva intervención.

La elección de Torra llegó con polémica a raíz de unos tuits y artículos con comentarios y posicionamientos tachados de "racistas" y "supremacistas", respecto a los españoles.

"Siento una neorme tristeza no solo porque tendremos a una persona que se reafirma en el choque, sino porque es una persona cuya ideología queda perfectamente clara a través de sus artículos, que defiende la xenofobia, una identidad excluyente, y el populismo. No son solo seis tuits", aseguró la líder de la oposición, Inés Arrimadas, la líder de Ciudadanos een Catalunya.

Arrimadas leyó algunos artículos en los que Torra, abogado y editor sin experiencia política, dice, por ejemplo, que España es una "país exportador de miseria", que "necesita un psiquiatra", y habla de una "avalancha migratoria" o de "bestias con forma humana que viven entre nosotros", en referencia a los españoles.