Euforia. Así se vivió la Ronda 2.4, quizás el evento más importante de las licitaciones de la Reforma Energética de Peña Nieto, que adjudicó los bloques más jugosos de aguas profundas justo en un momento electoral muy intenso en México. Por eso, el resultado sacó hasta gritos de asombro en el Centro de Convenciones del Citibanamex. 

"Es la verdadera joya de la corona", repetían los especialistas, que miraban con mucha incertidumbre la inscripción de los grandes players petroleros en esta ronda. La cercanía de las elecciones y el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador -que oscila entre la aceptación y el rechazo a la Reforma Energética- daban un marco apasionante al proceso.

Un experimentado operador petrolero ofreció a LPO una explicación de la audacia de las grandes petroleras: "No hay muchos lugares con la escala de los yacimientos de México y el mundo está cada vez más cerrado para las super majors, que necesitan yacimientos de esas dimensiones para sostener su base de producción".

"Venezuela cerrada, Arabia Saudita cerrada, Rusia con embargo, en ese marco México es una apuesta atractiva", agregó la fuente consultada.

Pero, ¿por qué fue tan importante esta ronda? Se trata de 29 áreas de aguas profundas que se encuentran en el Golfo de México: 9 en el Cinturón Plegado Perdido, 10 en Cordilleras Mexicanas, 10 en la Cuenca Salina. Y sus números son impactantes. Entre todas las áreas, se estima que podrían producir un equivalente a 4,200 millones de barriles de crudo y para cada uno de estos bloques se esperaba una inversión mínima de 4,500 millones de dólares.

La decisión de las grandes majors del petróleo de jugar fuertísimo en México a meses de un posible triunfo del izquierdista López Obrador sacudió al mercado que esperaba un comportamiento más cauteloso.

En medio de este enrarecido clima electoral, en Los Pinos -residencia del presidente- quisieron ser cautos. Hablaron de un objetivo de adjudicación cercano al 30%, es decir unos 9 bloques, equivalentes a una inversión que no superaría los 35,000 millones de dólares.

La realidad pasó por encima la previsión de los expertos. Las petroleras jugaron muy fuerte y se llevaron 20 de los 29 áreas en licitación. Se estima que este exitoso proceso significará una inversión de 93,000 millones de dólares.

"Con el resultado de esta Ronda 2.4, tendremos una inversión que es 1.5 veces lo que se consiguió en todo el resto de las licitaciones de la Reforma Energética", explicó Juan Carlos Zepeda, el titular de la CNH.

Otro aspecto que llamó la atención de todo el mercado petrolero fue la apuesta fuertísima que hizo, en especial, la anglo-holandesa Shell Company, que se llevó 9 bloques (el 30% de las áreas), con ofertas muy cuantiosas de participación al Estado. Cuatro de esas adjudicaciones fueron en soledad, cuatro en consorcio con Qatar Petroleum y una con Pemex.

Entre los pasillos del Centro de Convenciones Banamex, LPO aprovechó los festejos de Alberto de la Fuente, director en México de Shell, para preguntarle por qué su petrolera había apostado tan fuerte. "Tenemos confianza. Esta Ronda demuestra que pese a las elecciones o cualquier otro factor de incertidumbre, en México hay confianza", respondió el ejecutivo, esquivo a los micrófonos.

En diálogo con LPO, la analista petrolera Miriam Grunstein señaló que Shell es una empresa con poca salud financiera y por ese motivo genera preocupación que haya ganado tantas licitaciones. "La salud de las finanzas de una petrolera suelen determinar la seguridad de sus inversiones", explicó la consultora.

"No hay riesgos", respondió el directivo de Shell ante la consulta de LPO. De la Fuente aclaró que están haciendo ajustes en sus gastos y que las inversiones de muchos bloques se realizarán en consorcio con otras empresas muy sólidas, como Qatar, que cuenta con gran experiencia en el negocio del gas. "Nosotros estamos concentrados en perforar y explorar estos campos. Tenemos tres años para arrancar", agregó el ejecutivo.

El comportamiento tan estelar de la petrolera holandesa no generó la mejor opinión entre los analistas y participantes del mercado que presenciaban el proceso licitatorio. Esa preocupación fue tal, que el tema saltó pronto en la ronda de preguntas que los periodistas hicieron a los representantes de la CNH y la Secretaría de Energía. Zepeda y Aldo Flores, de la Sener, descartaron que se pudiera generar algún tipo de situación monopólica.

"Lo que estamos viendo de estas licitaciones es una diversificación del sector petrolero. Nos da gusto que Shell se hayan sumado. No es una concentración porque ganaron 9 de los 29 campos ofertados, lo que contrasta con las 68 empresas que están participando a lo largo de estas licitaciones, que se traduce en un acervo diversificado y que va a fortalecer el país", respondió Zepeda.

Otra de las compañías que tomó un alto protagonismo fue PC Carigali, de origen malayo. Se llevó otras 7 áreas. En dos fue sola, y en el resto con consorcios que variaron entre Repsol, Ophir, Qatar y Eni.

Los funcionarios de la Secretaría de Energía de México, Zepeda y Flores.

Cuartoscuro

La otra incógnita en el mercado fue la participación de Pemex, que atraviesa una delicadísima situación financiera . ¿Qué hará con los dos campos que ganó sola? ¿Podrá cumplir? Fueron las preguntas que saltaron tras conocer los resultados.

La petrolera estatal ofertó en casi todos los bloques -hizo 9 ofrecimientos-, aunque luego sólo se adjudicó cuatro. Entre los expertos hubo una coincidencia: "Pareciera que fue metida a la fuerza para hacer más atractivo y competido el proceso", opinó Grunstein.

El especialista Arturo Carranza también coincidió. Aunque desde su perspectiva, podría ser un buen mensaje al mercado de que está presente y es competitiva. Justo en un momento donde la petrolera mexicana busca alianzas. Estas asociaciones, sin embargo, las busca precisamente por los problemas financieros que enfrenta. 

Como sea, la estatal mexicana que hoy dirige Carlos Treviño, también ganó dos áreas asociada a Shell y con Chevron -la 2 y 21, respectivamente-. En soledad se llevó las áreas 5 y 18, sin ningún competidor.