A la crisis política y económica que atraviesa Santa Cruz desde hace dos años se le sumó en las últimas semanas un creciente conflicto laboral en el sector petrolero, donde los trabajadores acaban de lanzar un paro por tiempo indeterminado debido a despidos masivos en contratistas de YPF.

La medida de fuerza fue lanzada por el Sindicato de Petroleros y Gas Privado de Santa Cruz y paraliza completamente la actividad en la zona norte de la provincia, mientras que en la parte sur hay guardias mínimas debido a que no pueden cortar el suministro de gas porque estarían incurriendo en un delito federal.

En las últimas horas, unos 200 trabajadores petroleros recibieron telegramas de despido, aunque en el sindicato estiman que la cifra crecerá a entre 700 y 800. Con el paro buscan forzar que el Ministerio de Trabajo dicte la conciliación obligatoria y se dé marcha atrás con los despidos.

Se trata de empleados de unas diez empresas contratistas de YPF, principalmente, y la china Sinopec. En esas firmas, la explicación que esgrimen es que YPF redujo el nivel de actividad en la cuenca santacruceña y por lo tanto recortó los contratos.

"Desde YPF siguen buscando la manera de reducir puestos de trabajo", explicó Claudio Vidal, jefe del sindicato, tras una reunión fallida con la petrolera en Buenos Aires. "Con la operadora YPF el dialogo está agotado, niegan la situación y crean incertidumbre, sin soluciones", detalló.

"En el comienzo de 2018, YPF está generando una reducción del orden del 10 al 15% de sus gastos a partir de la posibilidad de finalización de algunos contratos", indicó por su parte Jorge "Negro" Soloaga, un histórico sindicalista de YPF en la década del 90 y que ocupó un lugar en el directorio durante el kirchnerismo.  "La disminución de esos costos implicará la reducción de personal que entre YPF y SINOPEC se estima alcanzarán a unos 700 trabajadores", agregó.

En tanto, desde YPF argumentaron que está llevando adelante un proceso de "adecuación de sus niveles de actividad", que ya concretó en las cuencas de Neuquén y Chubut, para hacer frente al "escenario complejo" que atraviesa la actividad petrolera a nivel mundial.