La jornada del balotaje en Chile parece marcada por la preocupación de la coalición oficialista Nueva Mayoría por el nivel de participación, que según todos los analistas será clave para determinar las chances del candidato a Alejandro Guillier, que al menos necesita que se mantenga el nivel de la primera vuelta, donde votó el 47 por ciento (alrededor de 6,6 millones de votos).

En Chile el voto no es obligatorio y el temor en el oficialismo es que el número de asistencia incluso caiga en esta segunda vuelta, el escenario más conveniente para Piñera. Eso por eso que Michele Bachelet se puso al frente del llamado a votar y esta mañana le pidió a los chilenos que vayan a las urnas "para que otros no decidan por ustedes". Después de enviar un video por las redes sociales, la presidenta dio una rueda de prensa y repitió el llamado.

"Creo que en democracia uno tiene que responder haciendo oír su voz a través del voto. Mi único comentario es que si hay algo que nos iguala es el voto, es que podemos elegir quién será nuestro presidente", insistió Bachelet, que reiteró que este es su último mandato y no intentará volver a la presidencia.

Bachelet también hizo una autocrítica por haber impulsado el voto voluntario, que ha hecho disparar los niveles de abstención en las últimas votaciones. "Yo me equivoqué, porque pensé que la gente tenía un espíritu cívico más grande que el que han demostrado tener, pero quedó en evidencia que muchos votaban sólo porque era obligatorio y tenía ciertas sanciones no hacerlo ", indicó, para luego abrir el debate para volver a instaurar la obligatoriedad.

El voto de Guillier

La necesidad del oficialismo de movilizar a votantes se hizo evidente en los últimos días y se repitió este domingo, donde la mejor noticia parece haberla dado el clima, que entregó un espléndido día en la región metropolitana. El gobierno dispuso algunas medidas para empujar la participación como la gratuidad del subte en Santiago. Un estudio reciente muestra que en las zonas aledañas al metro, la participación crece un 10%. Incluso en los carteles luminosos del tránsito el mensaje que se leía este domingo era un llamado a las urnas.

Pero aun así la movilización no parece importante y si bien no hay datos oficiales pasado el mediodía, las estimaciones extraoficiales de los partidos dan cuenta de una merma respecto a la participación en la primera vuelta.

La principal de esta merma radica en la falta de movilización del votante del izquierdista Frente Amplio, según los analistas. Esta fuerza (nacida de las protestas estudiantiles) sacó un sorpresivo 20% en noviembre y para el oficialista Guillier era clave mover una parte importante de ese voto en su favor.

Piñera con su esposa al momento de votar

Sin embargo, esto no parece haber sucedido. Una explicación podría ser el tímido apoyo a Guillier que expresaron los líderes del FA: la ex candidata presidencial Beatriz Sánchez y los referentes Giorgio Jackson y Gabriel Boric, estos últimos muy a regañadientes. Tampoco el candidato oficialista pareció conmover al electora y hasta tropezó en su intento de seducirlos, como en la propuesta de condonación de las deudas de estudiantes universitarios, que fue cuestionada desde la derecha y también desde el FA.

Más allá del panorama complejo, el candidato Guillier pronosticó un triunfo "por una diferencia estrecha pero clara", de "dos o tres puntitos", según expresó. También Bachelet habló de una diferencia mínima, por lo que pidió tranquilidad.

En el comando de Piñera también prima el optimismo. "Tengo la firme convicción que vamos a ganar estas elecciones y que los tiempos mejores van a llegar a todos los hogares chilenos", dijo el ex mandatario tras votar.