Chile Elige
Bachelet se pone al frente de la campaña para derrotar a Piñera
El resultado le dio fuerza a la visión de la presidenta que empujó reformas resistidas en su propia coalición.

Uno de los efectos más inesperado de los resultados de la primera vuelta de Chile es que terminó de consolidar la moderada recuperación política que venía experimentando la presidenta Michelle Bachelet, después de un segundo mandato en el que transitó cifras de aprobación inéditamente bajas para la recuperada democracia chilena.

La presidenta reaccionó como un rayo en cuanto se confirmaron los resultados que ponían a Piñera ante un desafiante ballotage y en un mensaje a los medios en pleno prime time celebró que la mayoría de los chilenos se hayan inclinado por opciones progresistas. "Esta es la hora de construir nuestra unidad en torno a las demandas mayoritarias de los ciudadanos y ciudadanas, no podemos desoír el anhelo de bienestar y equidad de las familias chilenas", afirmó, casi en una reivindicación de su propia agenda reformista.

Porque aunque parezca paradójico, Bachelet se benefició tanto de la muy mala elección del candidato de su coalición, el senador Alejandro Guillier; como del inesperado ascenso del contestatario Frente Amplio, emergido luego de las masivas protestas de estudiantes y que fue a esta elección postulando a la periodista Beatriz Sánchez.

Bachelet recuperó centralidad política gracias a la combinación de la mala elección de Guillier y el ascenso del Frente Amplio, busca ponerse al frente de la campaña del oficialismo y ser la gran articuladora de la centroizquierda.

Bachelet luego de esas protestas que conmovieron Chile entendió que el exitoso modelo transandino había llegado a su límite y era necesario lanzar una serie de reformas de corte inclusivo, que planteaban una mayor intervención del Estado para dar respuesta a las demandas de la nueva clase media que ahora reclamaba mayor equidad en la distribución del ingreso, en un país que tiene cifras récord de concentración de la riqueza.

Esa lectura fue muy cuestionada no sólo por la oposición de derecha que lidera Sebastián Piñera, sino también por destacados dirigentes de la Concertación, ahora bautizada Nueva Mayoría. Pero no sólo eso, el propio Guillier mantuvo una fría distancia con la presidenta que fue prácticamente borrada de la campaña.

Con una paradoja: Cuando Guillier fue electo candidato tenían una intención de voto que superaba los 30 puntos y Bachelet estaba en el peor momento, con una aprobación rondando los 2o puntos. Ahora la situación está invertida, la presidenta viene experimentando una sostenida recuperación y ya roza los 35 puntos de aprobación y el senador y periodista, apenas sacó 22% de los votos este domingo.

El politólogo y profesor de la Universidad de Nueva York, Patricio Navia, afirmó en diálogo con LPO que en efecto "Bachelet tuvo una muy buena lectura de lo que pasaba en Chile, vio que querían cambios y mayor participación social, pero creo que equivocó la implementación, creyó que querían más Estado, cuando los chilenos querían mas derechos y mas servicios, que no es necesariamente mas Estado. Y por eso su aprobación cayó y se mantuvo muy baja durante buena parte de su mandato".

"Su discurso del domingo a la noche fue un discurso de victoria de ella, le dijo a Guillier: "Mira Alejandro tenés que sumarte acá porque sino vas a perder", agrega Navia. Y en efecto la presidenta pasó de mirar la campaña a la distancia a ocupar la centralidad de la compleja operación de articulación entre el Frente Amplio, la Nueva Mayoría y las otras expresiones del centro a la izquierda, como quedó en evidencia este lunes, cuando volvió a pedir ante los medios la unidad de las fuerzas progresistas.

Los jefes políticos del Frente Amplio, Jackson y Boric.

Se trata de una operación compleja porque el Frente Amplio que tiene como jefes reales a los líderes de las protestas estudiantiles, Giorgio Jackson y Gabriel Boric, tienen una visión muy refractaria de la Nueva Mayoría, al estilo de la tensión que existe entre Podemos y la vieja guardia del PSOE socialdemócrata. Bachelet fue acaso la dirigente de la Concertación que más atención le prestó a estos emergentes y hasta en un período los integro a su gobierno y tomó como propias algunas de sus propuestas reformistas, lo que acaso la deja en una posición ideal para erigirse como la gran articuladora de un acuerdo.

Esta visión fue compratida por el titular del Centro de Estudios Públicos (CEP), Harald Beyer, que en una charla con LPO en la coqueta sede de esa fundación en el barrio de Providencia, afirmó: "Bachelet va a insistir en reunir la izquierda, ser la figura que unifique. Va a plantear: Yo soy la única que puede unir estas fuerzas".

"Ella se quiere apropiar de la campaña", concluye tajante el académico, que fue ministro de Educación de Piñera.

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  • 1
    Alan Ross
    21/11/17
    00:41
    ya está Fidanza, "enviado especial", tiempo de volver a la política local...
    Responder
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