Emilio Azcárraga Jean renunció este jueves al puesto de CEO de Televisa, en medio de los esfuerzos del grupo de medios por reconvertirse y atraer nuevas audiencias, informó el diario estadounidense The Wall Street Journal.
El joven empresario asumió la dirección del grupo en 1997 después de la muerte de su padre, Emilio Azcárraga Milmo, fundador del imperio mediático con más de 40 años de existencia. En la transición, dos de sus más cercanos ejecutivos se harán cargo de la compañÃa como co-CEOs. Se trata del actual vicepresidente, Alfonso de Angoitia, y el encargado de los noticieros y la relación con los gobiernos -crÃtico para el holding-, Bernardo Gómez. Azcarraga permanecerá como presidente de mesa directiva.
Los tres ejecutivos, junto con Pepe Bastón, quien abandonó la empresa en septiembre, fueron conocidos como los cuatro tiburones; los autores del resurgimiento de Televisa a finales de los años 90 y principios de los dos miles. Azcarraga Jean tenÃa apenas 28 años y no fueron pocos los viejos lobos de mar que intentaron quedarse con la compañÃa. Sus esfuerzos, junto con la asesorÃa y colaboración de empresarios notables como Carlos Slim y MarÃa Asunción Aramburuzabala, convirtieron a la entonces debilitada televisora en el gigante de la televisión en español global. Una proeza que Azcarraga no logró replicar estos últimos años, ante los embates de YouTube, Netflix, Claro Video y otras plataformas más en lÃnea con las nuevas generaciones; además de nuevas ofertas de televisión por cable y abierta en México.
La alianza con Slim, sin embargo, llegarÃa a su fin y se convertirÃa en rivalidad abierta en 2014 cuando Telmex retiró todas sus pautas de Televisa, después de años de que la televisora incursionara poco a poco al negocio de la telefonÃa y el internet, "por supervivencia", según declaró de Angoitia al periodista Diego Enrique Osorno. "Emilio Azcarraga no quiere ser usted", le habrÃa dicho De Angoitia a Slim, "No quiere ser el hombre más rico del mundo. Él quiere tener un negocio próspero y hasta ahÃ".
LPO habÃa anticipado en exclusiva que Azcárraga estaba preparando desde mayo pasado todo para dar un paso al costado al frente del mayor grupo de medios de Latinoamérica, luego de fracasar en su intento por imponer a su hermana Ariana como sucesora, por resistencias en el Consejo de Administración de la compañÃa.
Ariana Azcárraga Surmont (hija y heredera del Tigre, pero de otra madre, Pamela de Surmont) preside el Consejo de Administración de una de las divisiones de negocios más fuertes del consorcio: Televisa Networks. Se trata de la compañÃa productora, distribuidora y comercializadora de señales de televisión de paga, cuyos ingresos venÃan creciendo muy fuerte hasta su pelea con Megacable, que retiró varios de sus canales.
"Hizo un buen trabajo pero no tiene la trayectoria para estar al frente de un Consejo con integrantes de la talla de Alberto Baillères o del propio Diablo Ferández", aseguró una fuente de la televisora. Por eso, ahora Televisa estarÃa analizando abrir un premium headhuntingpara reclutar a un CEO con una larga trayectoria en otra compañÃa de nivel.
Televisa tuvo en 2016 una enorme caÃda en sus ingresos por venta de publicidad y su utilidad neta habÃan vivido un año para el olvido. Al fenómeno digital que va deprimiendo los ratings de todos los canales, se le agrega la incorporación de una tercera cadena (Imagen TV) con quién compartir el pastel publicitario. Ya en el tercer trimestre de 2016, el grupo de Azcárraga Jean reportaba una caÃda de 84% en sus ganancias, frente al mismo perÃodo de 2015.
Televisa intentó una lavada de cara, por ejemplo modificando el formato de sus noticieros. El último reporte le dio un poco de aire: la utilidad neta del grupo se duplicó en el primer trimestre de 2017. Cerca de 1,350 millones de pesos entre enero y marzo, contra los 600 millones de pesos registrados en ese lapso de 2016.
Pero el número no deja lugar a los engaños. Gran parte de sus ingresos se reportan en el rubro "financiero", además de un severo ajuste en sus gastos. Las ventas de la compañÃa en materia de publicidad siguen en caÃda: retrocedieron un 7.8%.
El verano de 2016 llegó quizás el cambio más simbólico de la televisora. El eterno Canal de las Estrellas, el 2, se convirtió en Las Estrellas y presentó una nueva barra de programas dirigidos a los millennials. Con esfuerzos como "Esta noche con Arath", donde el actor Arath de la Torre se convirtió en una especie de Jimmy Fallon mexicano, con todo y una encumbrada banda musical que lo acompañaba y un comediante de patiño. El programa alcanzó doce emisiones antes de ser cancelado. El esfuerzo de televisión por internet tampoco terminó de despegar. Blim, la respuesta de Televisa a Netflix y Claro Video, no consiguió colocar un solo programa entre los más populares de los mexicanos, y la oferta de programas y telenovelas clásicos de la televisora no logró atraer suscriptores.
Durante años personajes como Andrés Manuel López Obrador señalaron a Televisa como una aliada y cómplice del poder, e incluso responsable de su derrota en la elección de 2006. En los años del Tigre Televisa era fiel defensora del presidente en turno y mantenÃa una reverencia absoluta ante el poder del partido. Hoy la televisora ha tenido confrontaciones con el poder en muchas ocasiones, aunque su lÃnea sigue siendo de respeto al Gobierno.
Veinte años después la televisora que renació con la muerte de su fundador, El Tigre Azcarraga, uno de los millonarios de la vieja escuela que vio su imperio crecer sin competidores y al cobijo del Estado priista, hoy vive otro final: el del reinado de la señal abierta en las casas de los mexicanos. Está por verse si la salida del tiburón-tigre da a luz a una nueva televisora mejor preparada para la jungla moderna.
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