Apenas 48 horas antes de la fecha que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, se fijó para lanzar el proceso de declaración unilateral de independencia de Cataluña, las calles de Barcelona se vieron desbordadas por una manifestación histórica que reclamó continuar siendo parte de España.

Fue la primera vez que la famosa "mayoría silenciosa" de catalanes que no quieren una desconexión traumática de España, salieron a la calle. Lo han hecho bajo el lema "Prou! Recuperem el seny" (¡Basta! Recuperemos la sensatez").

La impactante marcha de este domingo se suma a las que se realizaron el sábado en Madrid y de menor calado en Barcelona, reclamando el diálogo entre los gobiernos de España y Cataluña.

En el centro de la marcha se desplegó una gran pancarta con un corazón dividido en tres partes, con los colores de las banderas catalana, española y europea. La movilización, que los organizadores estimaron cercana al millón de personas, terminó en la Estación de Francia, donde el peruano premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa y el expresidente del Parlamento Europeo, Josep Borrell, pronunciaron encendidos discursos.

Se trató de un golpe muy duro a Puigdemont porque más allá de la presencia de figuras nacionales y hasta internacionales, la enorme mayoría de los manifestantes fueron catalanes.

Puigdemont ya venía golpeado por la sucesión de corporaciones de primera línea que anunciaron el traslado de su sede central a Madrid. Ahora al revés del establishment económico se suma la oposición finalmente activa de los que no están de acuerdo con la manera en la que la Generalitat encaró el proceso independentista.

De hecho, la movida de Puigdemont parece haber desencadenado un efecto no buscado: Un fuente sentimiento de parte importante de la población por la unidad de España.

Sin embargo, este domingo Puigdemont anunció en una entrevista televisiva que continuará con la ruta independentista, que prevé como próxima estación su comparencia el martes en el Parlament -el legislativo catalán- para iniciar el proceso de desconexión con una Declaración Unilateral de Independencia (DUI), supuestamente habilitada por el vidrioso referéndum.

"La declaración de independencia, que nosotros no llamamos declaración 'unilateral' de independencia, está prevista en la ley del referéndum como aplicación de los resultados. Aplicaremos lo que dice la ley", afirmó Puigdemont en el programa "30 minuts" que esta noche emitió TV3.

Su número dos, el izquierdista Oriol Junqueras, acaso preocupado una situación que no promete nada bueno, propuso por lo bajo convocar a elecciones de autoridades de la Generalitat, un atajo para demorar la declaración de independencia. Una manera también de abrir un compas negociador, que hasta ahora tanto el rey Felipe como el primer ministro Mariano Rajoy, han rechazado, hasta que se deje de lado la amenaza secesionista.