Las leves condenas a los choferes de Uber fueron celebradas tanto por la empresa como por el fiscal que impulsó los juicios. La compañía recibió "muy positivamente" la sentencia y analizaron que el fallo fue "casi una absolución, una victoria" por las bajísimas penas que se impusieron a los conductores, ninguna de ellas de cumplimiento efectivo.

Lo sorprendente fue la reacción de Martín Lapadú, el fiscal que intervino en el proceso. El funcionario definió como un logro las condenas contravencionales. "La Fiscalía de la Ciudad logró condenar en juicio oral y público a ocho choferes de UBER", expresó en un comunicado.

Lapadú había solicitado penas mucho más duras como la inhabilitación de un año y medio para conducir.

Sin embargo ninguna de ocho condenas que se arroga Lapadú tendrá cumplimiento efectivo: las penas de $ 5 mil de multa que recibieron seis de los conductores "uso indebido del espacio público y por ejercer ilegítimamente una actividad" y las dos sanciones por $500 "por uso indebido del espacio público" impuestas a otros dos choferes fueron "en suspenso". Otro de los choferes fue absuelto y la sentencia del restante fue demorada tres semanas.

Según pudo saber LPO las multas se aplicarán "si tienen otra causa contravencional en su contra y los declaran culpables", sin embargo es muy difícil que alguno de los condenados llegue a esa instancia. "Es una multa simbólica que nunca se va pagar", explicó una fuente empresaria.

Inluso el mismo Lapadú reconoció que, por su baja intensidad, las penas no conformaron a la fiscalía. "Apelaremos estas resoluciones en cuanto entendemos que las penas impuestas resultan extremadamente bajas y no guardan relación con la gravedad de las conductas probadas en el juicio", puede leerse en el comunicado.