Fue un día de tensión extrema en La Plata. Muy temprano los trabajadores de la construcción comenzaron a llegar a la sede de la Uocra para apoyar a su lider, Juan Pablo ‘Pata' Medina, y allí se quedaron durante todo el día.

La sede gremial de los albañiles es una vieja casona de color azul ubicada a tres cuadras de la estación de trenes donde a fines de los ‘90 Hollywood filmó ‘Siete años en el Tibet'. En la puerta de ingreso hay dos estatuas, una de Juan Domingo Perón y otra de Evita, son de bronce y están protegida por un blindex.

Allí resistió Medina una orden de detención dictada por el juez Luis Armella, en el marco de una causa federal por "extorsión" tramitada en los tribunales de Quilmes.

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Afuera, cientos de albañiles vivaban a su líder y amenazaban con el caos. Encendieron neumáticos y explotaron bombas de estruendo durante todo el día.

A media mañana salió al balcón y advirtió: "Si quieren al Pata preso, ¡Que vengan!"."Hoy vienen por el Pata, y mañana van a venir por ellos también".

Las cámaras de televisión mostraban las bombas molotov con las que los albañiles resistirían la llegada de las fuerzas federales. Tambores de chapa y de plástico cortados por la mitad servían de escudos. Las obras de construcción de la zona proporcionaron piedras y trozos de ladrillo que servirían como eventuales proyectiles. También tenían palos y fierros.

Las banderas fueron llegando. Se veían imágenes del Pata y de Perón. También el escudo del Partido Justicialista. "Las conquistas no se regalan. Estamos de pie para luchar por lo nuestro", decía una bandera enorme desplegada sobre la avenida 44, que atraviesa todo el casco urbano de la capital provincial.

Los trabajadores llevaban las camperas azules de la Uocra con la frase "Pata Medina conducción". Muchas tienen además el logo del Partido Justicialista, otras también suman consignas por la soberanía de las Islas Malvinas.

Por la tarde, la tensión era extrema. "¿Qué estás escribiendo?", preguntaban a periodistas que tomaban notas en el lugar. Llovía y el frío apremiaba. "Escriban bien del Pata, sino cobran", amenazan.

Los rumores de la llegada de las fuerzas federales para detener al líder sindical se esparcen entre los trabajadores. El Pata brinda una entrevista con TN y en la calle la tensión aumenta.

Hay corridas, y hasta empujones entre los trabajadores. Uno intenta volverse a su casa pero lo buscan y lo traen a los gritos.

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Medina sale al balcón para calmar a sus fieles que enloquecen bajo la lluvia. "No quiero que haya violencia. No le demos lugar a los enemigos", les dice.

"Tengo el deber de defender a los compañeros constructores. Por eso les digo, no a la provocación. Si se autoconvocaron tienen que estar pacíficamente en la puerta de nuestra organización sindical", les dice.

Minutos más tarde, una de las personas más cercanas al gremialista tomaba el micrófono y asomándose al balcón ordenaba desconcentrar "Mañana a las ocho, todos acá", dijo. De inmediato algunas cuadrillas de trabajadores desarmaban los montículos de piedras con los que pensaban resistir una eventual detención.

Medina salió casi como un rockstar. Escoltado por una guardia de trabajadores, entre empujones por la pasión de los albañiles caminó hasta su auto hacia un destino incierto.