Los atentados a las Torres Gemelas en 2001 dispararon las popularidad de George W. Bush y del alcalde Rudolph Giuliani en momentos en que ambos andaban con la imagen por el piso, algo similar ocurrió con el huracán Sandy y Barack Obama en 2012 (su manejo de ese desastre aseguró en parte su reelección) y ahora este escenario pareciera replicarse en México. De acuerdo al tracking diario contratado por Los Pinos, la imagen positiva de Enrique Peña Nieto tuvo una clara mejora desde el terremoto del martes.
Fuentes de Presidencia aseguran a LPO que dicho servicio, que está contratado a tiempo permanente para monitorear los efectos sociales de las decisiones de gobierno, ubica al presidente ahora más cerca de los 25 puntos de imagen favorable que de los 15 que registraba hace quince días. Sigue siendo un número bajo pero debe considerarse que en enero un sondeo del Grupo Reforma le otorgaba a Peña una imagen favorable de 9 puntos, un piso histórico en el presidencialismo mexicano.
Los resultados se explican desde la presencia casi omnipresente que tiene Peña desde la tarde del martes cuando abandonó una gira por el sur del país para comenzar a recorrer la CDMX y visitó en plena madrugada las iniciales tareas de rescate en el Colegio Enrique Rébsamen.
Desde ese momento Peña comenzó un raid de visitas las zonas más castigadas que no paró: Visitó víctimas en hospitales, saludó a bomberos, militares y rescatistas en plenos derrumbes, caminó entre zonas inundadas, y conversó con víctimas de la Ciudad de México; de Chiautla, Puebla y de Jojutla, Morelos.
Peña tiene suspendidas todas sus reuniones que no tengan que ver con la tragedia y sus jornadas enteras son dominadas por incursiones a lugares de desastre. Tiene una presencia en un momento de crisis que ningún otro referente de a política ofrece.
Estos movimientos están claramente controlados por el equipo de imagen del mandatario. Primero realiza recorridos con un perímetro definido y acompañado por autoridades locales. En esas caminatas siempre tiene a su lado a un rescatista o a alguien abocado a funciones humanitarias y al otro lado a una autoridad política.
El segundo paso son encuentros mínimos con heridos o damnificados que son fotografiados con exactitud. El presidente se preserva así de grandes multitudes para evitar lo que le ocurriera a Miguel Ángel Osorio Chong que se lanzó a una zona dañada y fue rechazado por las personas que allí colaboraban.
Peña rechazó de plano mensajes televisivos desde Los Pinos. Todos sus comentarios sobre la tragedia son desde donde esta transcurre. Viste informal y busca dar información sobre ayuda concreta. No resalta demasiado que esta proviene por acierto de su gobierno lo cual le estaría jugando a favor porque la sociedad está muy concientizada de que puede haber maniobras políticas en la gestión de apoyos.
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