La oposición en la Cámara de Diputados tiene decidido plantear la escalada del endeudamiento externo como uno de los puntos ásperos del debate sobre el Presupuesto 2018 que planteó el Gobierno.
El ministro de Finanzas, Luis Caputo, deberá transpirar este martes cuando concurra a la cámara baja, para justificar el aumento exponencial del monto y el ritmo de crecimiento de la deuda externa, un tema de historia trágica en la Argentina.
Caputo pidió para el año próximo autorización para tomar deuda por 40 mil millones de dólares, en su mayorÃa para la colocación de letras y bonos en moneda extranjera.
Con esas emisiones engrosará la deuda con el sector privado y organismos internacionales, que según el presupuesto a fines de 2017 alcanza U$S 153.900 millones, un 28,5% del PBI.
En los gráficos que acercó el viernes pasado a los diputados cuando presentó la ley de leyes, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, festejó ese dato, porque mantiene a Argentina como uno de los paÃses menos endeudados de la región, herencia del "vivir con lo nuestro" forzado por el default, transitó Cristina Kirchner.
Si bien el dato comparativo es correcto a la oposición le preocupa que los intereses crezcan muy por encima de otros gastos del Estado y ya ubiquen el déficit global en un delitante 8 por ciento del PBI .
Para controlar a Caputo, pedirán activar la bicameral de deuda externa, creada en la ley para pagarle a los holdouts. Nunca se creó porque las autoridades de ambas cámaras pisaron los trámites.
También una maniobra de Cambiemos frenó una ley que obligaba al Gobierno a explicar en el Congreso cada emisión de deuda. Fue aprobada en el Senado y Luciano Laspina la cajoneó en la Comisión de Presupuesto de Diputados.
En el mensaje del presupuesto Dujovne informó además que la deuda pública, que incluye sector público, alcanzará en diciembre U$S 317.000 millones, equivalente a 58,7% del PBI.
Y el pago de deuda pública previsto para 2018 sube más de un 60%: pasa de $ 247.632.048.777 a $ 406.499.246.441.
Otro debate fuerte será por Anses, cuyo déficit fue escondido este año por los beneficios del blanqueo que no estarán en 2018.
Para enfrentarlo, Macri envió un proyecto de ley que deriva el 70% del impuesto al cheque al organismo de Emilio Basabilvaso. Es dinero que habitualmente se mezcla con los gastos generales y los gobernadores querÃan coparticipar. Les costará más explicar cómo les sacarán plata a los jubilados.
