Juan Carlos Hidalgo es analista de Políticas Públicas para América Latina del Cato Institute con sede en Washington DC. Originario de Costa Rica, maestro en la George Mason University su presencia en la capital de EU le otorga una posición de privilegio para observar los diferentes procesos que están convulsionando al país tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.

¿Qué balance hace de esta primera etapa de la administración Trump?

Estamos en un escenario de caos absoluto, una Casa Blanca que ha sido la más anormal de los tiempos recientes. Todos los temores sobre la personalidad de Donald Trump se han materializado. Defectos de carácter, la incapacidad de aprender de sus errores y conflictos de interés que llevan una Casa Blanca que vive en estado de crisis y estado de eventualidad que hacen que se instale la idea de que Trump podría no terminar su mandato.

¿Hasta cuando el Partido Republicano le tendrá paciencia a Trump como para no activar un proceso de impeachment?

Si bien Trump es muy impopular, todavía cuenta con un fuerte apoyo en la base republicana y los legisladores de su partido todavía no han visto viable enfrentarlo

Es una paciencia cínica y una paciencia estratégica. La paciencia cínica tiene que ver con el hecho de que tener un republicano en la Casa Blanca les permite a los del Congreso pasar legislación sabiendo que el presidente va a sancionar esa legislación. Hasta ahora no ha sido facil, fijate que el que ha sido su caballo de batalla como reformar el Obamacare no lo han logrado. Es una paciencia cínica que viene a decir que el presidente tiene muchos problemas pero lo necesitan en la Casa Blanca para que firme. Eso igual pareciera que se está acabando.

Después hay una paciencia estratégica, el hecho de que si bien es extremadamente impopular pareciera que todavía cuenta con un fuerte apoyo en la base republicana y los legisladores hasta ahora no han visto viable enfrentarlo. Su base de votantes está muy bien distribuida, electoralmente, geográficamente y le podría complicar la vida a los republicanos.

Y el general John Kelly en la Casa Blanca como jefe de gabinete, ¿Puede cambiar algo?

Se suponía que Kelly iba a traer orden a una Casa Blanca caótica. Lo vimos con el despido de Anthony Scaramucci. Lo que ocurre es que aquí el problema es el presidente y Kelly no puede despedir al presidente. El otro día en la conferencia de prensa en la Torre Trump se suponía que era una conferencia sobre infraestructura y terminó hablando de la tragedia de Virginia, quitándole peso de culpa a los supremacistas y veías las imágenes de un Kelly que no podía hacer contacto visual con Trump. Es poco lo que puedes hacer cuando tu jefe es el problema.

LPOLennin Nolly

 Â¿Existe tensión entre la Casa Blanca y el resto del gabinete?

Hay una tensión documentada incluso entre el bando nativista que se referencia en Steven Bannon y por otro lado los globalistas como Rex Tillerson, John Kelly o Steve Mnuchin. Hay situaciones donde ganan los primeros y otras donde ganan los segundos. La salida del acuerdo de París es un triunfo de Bannon. La permanencia en el TLCAN, por ahora, es un triunfo del otro grupo. O sea, es una guerra constante y hay batallas ganadas de ambos lados.

¿Y cómo observa al Partido Demócrata en sus primeros meses desde el llano?

El Partido Demócrata está muy débil, pese a tener enfrente un presidente tan endeble no hal logrado recuperarse y tienen un liderazgo esclerótico: Nancy tiene 76 años, Bernie Sanders 72 años y su lugarteniente Elizabeth Warren 70 años.

Esta muy débil, más considerando que tiene en frente a un presidente tan endeble. Han perdido mucho peso en gubernaturas y en las legislaturas de los estados, allí han perdido miles de escaños. Con un presidente tan impopular no han logrado recuperarse de la derrota y tienen un liderazgo esclerótico, la líder de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi tiene 76 años, el líder espiritual en el Senado es Bernie Sanders que ni siquiera es demócrata y tiene 72 años, su lugarteniente Elizabeth Warren ya llega a los 70 años y para 2020 se habla de Joe Biden que también va a ser grande.

O sea pasó de ser el Partido de la renovación y figuras jóvenes en la administración Obama a no tener recambio generacional.

Es un liderazgo esclerótico donde no hay figuras a nivel nacional que puedan representar el cambio generacional. El hecho de que hayan perdido tanto a nivel estatal los afecta y ellos tienen su propia guerra civil entre los centristas o socialdemócratas como los Obama o los Clinton y la extrema izquierda de Sanders. El problema es que el corazón del Partido ahora mismo está latiendo en la extrema izquierda, hay está el entusiasmo de las bases aunque los centristas manejan el Partido desde la formalidad.

Ahora los demócratas tienen a sus bases en la izquierda y los republicanos en la derecha, ¿Donde queda esa tradición centrista de los Estados Unidos?

Este es un tema que ya está siendo estudiado y sobre el cual hay que tener muchísimo cuidado porque diversos indicadores muestra la polarización creciente del país, polarización que trasciende la política. La gente ya se está segregando a partir de donde viven, las tienda que frecuentas, los deportes que miran en TV o sea vos ya sabes si alguien es demócrata o republicano por sus costumbres y esoes exacerbado por los algoritmos de las redes sociales que te abastecen de las noticias que ya saben que querés ver. Es una polarización cada vez más creciente y en arte favorecida por el sistema de primarias que hacen que exista un centro pero que los extremos son los que se terminan saliendo con la suya.

¿Qué reforma política requiere EU ante una situación de este tipo?

Habría que retirarle el control a los partidos del diseño de los distritos electorales. En California ya lo hicieron porque saben que los distritos están amañados, armados de forma de favorecer la polarización. Si o se cambia las elecciones de medio término de la Cámara de Representantes más que una elección legislativa se vuelve una elección primaria.