El índice de precios al consumidor del pasado mes de julio difundido el jueves por el INDEC dejó un dato más que preocupante a pesar de que la inflación promedio se ubicó por debajo del 2% que pronosticaban la mayoría de los economistas.

La Argentina se encuentra en emergencia lechera, no solo por las inundaciones que afectaron a las principales cuencas a comienzo de año, sino también por la falta de incentivos y perspectivas económicas para invertir en la actividad.

Esto queda en evidencia luego de observarse que entre julio de 2016 y julio de 2017 la canasta de productos lácteos aumentó un 31,6%, muy por encima del 18,9% que registraron el resto de los alimentos y bebidas, según indicó el sitio valorsoja.com.

Es decir, la caída en la producción de leche que se viene acentuando en los últimos años ya está impactando de lleno en los precios que pagan los consumidores en las góndolas en, quizás, el producto más sensible de la canasta básica de alimentos.

Según el INDEC, el yogur firme aumentó un 80% el último año, seguido por la manteca con un 50% y el dulce de leche con un 38%. Los quesos también tuvieron fuertes subas: el pate-grass se incrementó un 30%, el sardo un 29% y el cremoso un 28%.

En este contexto, el índice IPOD que elabora la CAME mostró que en julio el precio promedio de la leche se ubicó en $ 25,40 por litro, al tiempo que los tamberos cobraron $ 5,60 (una diferencia del 353% entre las dos puntas de la cadena).

Por su parte, al tratarse de una actividad que responde a ciclos biológicos, las perspectivas a corto y mediano plazo no son nada favorables y en el sector reconocen a LPO que la recuperación plena de la actividad podría demorar varios años.

En este sentido, Miguel Paulón, presidente del Centro de la Industria Lechera (CIL), estimó que la producción de leche durante el presente año 2017 volverá a caer respecto al año pasado cuando se produjo el menor volumen de los últimos 9 años.

Cabe mencionar que en 2016 se produjeron 9.895 millones de litros de leche registrando una caída del 13% respecto al año anterior. El dato que muestra el retroceso del sector es que en 1999 (hace 18 años), la Argentina produjo 10.329 millones de litros.

Es por esta situación que en los 12 años de gobiernos kirchnersitas se cerraron alrededor de 5.000 pequeños y medianos tambos, mientras que en el último año desaparecieron unos 343 establecimientos lecheros, según datos oficiales.