La última encuesta de Jaime Durán Barba trajo algo de alivio al oficialismo, aunque los sigue mostrando abajo de Cristina Kirchner y no son pocos los dirigentes de Cambiemos que empiezan a admitir que la chance de una derrota el domingo 13 de agosto es más que probable.

Según supo LPO, el trabajo del consultor ecuatoriano dio a la ex presidenta dos puntos arriba de Esteban Bullrich. Es decir, ratifica que Cristina está ganando como marcan la mayoría de las encuestas, pero muestra un empate técnico y la posibilidad de un triunfo (ajustado pero triunfo al fin) está dentro del margen de error.

Se trata de la última encuesta grande que realizó Durán Barba de cara a las elecciones primarias: 15 mil casos. A partir ahora las mediciones serán diarias e irán evaluando principalmente el comportamiento de los indecisos.

En el entorno de María Eugenia Vidal, admiten que hoy Cristina está en 32 puntos y el ex ministro de Educación en 30, pero están confiados en que esa diferencia la revierten en octubre. Ese es el número final que habría arrojado la encuesta de Durán Barba.

La confianza en la Casa Rosada y en La Plata es que -de confirmarse esos números- el voto antikirchnerista terminaría inclinando la balanza el 22 de octubre. Por eso la gobernadora y los voceros de la campaña le intentan bajar el precio a la PASO que se llevará a cabo dentro de diez días. Esto también explica el discurso de Vidal de tratar de igualar a Cristina con Sergio Massa y Florencio Randazzo, de donde buscarán pescar esos votos.

Cristina con científicos

El problema es que esa apuesta tiene un límite. Al mismo tiempo que admiten la desventaja y repiten que en octubre se revierte, en Cambiemos también reconocen que ese escenario ideal se complicará mucho si Cristina gana por más de 3 puntos. Si la diferencia es aún mayor -como pronostican varios sondeos, incluido el de Management & Fit-, la posibilidad de darlo vuelta es utópica.

Dependiendo el nivel de asistencia, un punto en la provincia de Buenos Aires significa alrededor de 100 mil votos. En Cambiemos rememoran los diez puntos que creció Vidal entre las PASO y las generales de 2015, pero nadie piensa seriamente en repetir esa hazaña y en el oficialismo todos creen que si la desventaja es de 4 puntos o más, no hay retorno.

A pesar de este escenario a priori favorable, en el comando de campaña de Cristina hay una prudencia extrema. La ex presidenta y su hijo Máximo acceden a diario a los números de las encuestas, pero no quieren confiarse y -consultados por LPO- en su entorno le bajaron el tono a sondeos muy favorables como el mencionado de M&F.

La cautela es tanta que las declaraciones públicas se redujeron al máximo. Prácticamente el único que habla con los medios es Jorge Taiana, que como buen diplomático suele medir sus palabras y reduce al máximo la posibilidad de algún traspié como tuvo Fernanda Vallejos en el primer día de campaña.

En el comando de Cristina prestan especial atención a las fluctuaciones propias del día de la elección, especialmente el nivel de participación. En el kirchnerismo creen que si el mayor nivel de asistencia se da en el segmento de los jóvenes, las chances de la ex presidenta aumentan. Es que Cambiemos mantiene su mayor respaldo en el segmento de mayor edad.