Lejos quedaron las épocas en que Héctor Recalde, ahora jefe del Frente para la Victoria, reunía a la comisión de Trabajo de Diputados al menos una vez por semana para despachar decenas de proyectos.

Muchos quedaban congelados en el Senado, pero nunca los impulsados Poder Ejecutivo de aquel entonces, aun en épocas de mayor conflicto con Hugo Moyano.

Este año las comisiones de Trabajo del Congreso tuvieron una actividad casi nula, hasta llegar a ser olvidadas, y la causa no es otra de la tirante relación entre el Gobierno y la CGT.

Sobre todo en Diputados, donde la Comisión de Legislación laboral la preside el petrolero Alberto Roberti (Bloque Justicialista), pero la integran casi todos los sindicalistas del recinto.

Se anotan el metalúrgico Abel Furlán (FpV-PJ), el mecánico Oscar Romero (Bloque Justicialista), Pablo Moyano (Frente Renovador), el canillita Omar Plaini, el camionero Jorge Taboada (aliado del massismo) y hasta el jefe de la CGT, Héctor Daer.

Fue este grupo el que se unió el año pasado para empujar la ley antidespidos que Macri vetó y frenó la ley de primer empleo, que proponía subsidiar salarios a chicos de entre 18 y 24 años.

No aceptaban bajar los aportes patronales y poner en riesgo de los acuerdos paritarios de cada sector. "Es un proyecto que precariza porque le da la posibilidad a las grandes empresas de deshacerse de un trabajador antiguo, con más de 30 años de antigüedad, con experiencia, para cambiarlo por un trabajador nuevo porque el proyecto no exige un listado de trabajadores que sigan siendo parte de la empresa", denunció Furlán cuando se debatió, en septiembre, con la presencia del ministro de Trabajo Jorge Triaca.  

Por la interna de la CGT, que nunca terminó de acomodarse a su nueva conducción, el segundo semestre de 2016 pasado la comisión casi no tuvo agenda. Peor este año: sólo se reunió en febrero para aprobar el nuevo régimen de ART.

Roberti estuvo ausente por temas personales pero nadie pide por él, ni siquiera Daer, que podría aprovechar su banca para apurar leyes reclamadas por la central obrera, como hacía Moyano en tiempos de Recalde.

"En todas las comisiones somos minoría, pero en la de Trabajo mucho más porque los sindicalistas quisieron entrar todos y no podíamos frenarlos. Si no funciona, para nosotros es mejor", sostuvo a LPO uno de los diputados de Cambiemos que la integra.

Inactiva, además de la reclamada ley de primer empleo (Macri la reclama de vez en cuando), quedaron archivadas decenas de iniciativas, la mayoría reformas a la ley de contrato de trabajo.

Hay también proyectos de ley de oficialistas, como el régimen de empleo por temporada propuesto por el radical Luis Borsani.

En el Senado la situación es similar, sólo que la comisión de legislación laboral incluye también Previsión Social y la preside Daniel Lovera, cercano al gobernador de La Pampa, Carlos Verna.

Lovera no la tuvo fácil: varias veces no consiguió quórum y en la última sesión se enteró que estaba por aprobarse un proyecto para extender a beneficiarios de planes sociales la tarjeta Argenta y no había pasado por su comisión.

Sí lo logró la visita del director del PAMI, Sergio Cassionatti, que en enero reemplazó a Carlos Regazzoni. Pero no pudo tratar muchos proyectos pendientes, como el reparto de Ganancias para trabajadores de telecomunicaciones, aprobado en Diputados días antes que termine el mandato de Cristina Kirchner. No tuvo quórum.

Las comisiones renovarán autoridades el año próximo con una nueva composición del Congreso. Cambiemos no tendrá mayoría pero sumará presencia como para pedir que haya menos sindicalistas en Trabajo. Sino, seguirá cerrada.