María Eugenia Vidal tensó más su relación con el intendente Carlos Arroyo al ir a timbrear este sábado a Mar del Plata con Elisa Carrió y Carolina Stanley, un día después de exigirle una respuesta al jefe comunal sobre las polémicas declaraciones de uno de sus funcionarios, que comparó a los sin techo con "perritos".

Como anticipó este sitio, Carrió salió al rescate de la campaña de Cambiemos en la Provincia y hoy dio su primer paso al reforzar la presencia en una ciudad clave como Mar del Plata.  

La gobernadora la llevó con ella durante su visita al comedor "El Sueño del Pibe", en la localidad de Batán. Es que en el macrismo saben que Carió, precandidata a renovar su banca a diputada por la Ciudad, es una dirigente de "muy buena imagen" en Mar del Plata, donde el macrismo busca remontar la mala gestión de su aliado Arroyo, que preocupa a Cambiemos. 

 El intendente enfrenta graves problemas en su gobierno, con una gestión implosionada y sucesivas intervenciones que le enviaron Horacio Rodríguez Larreta y más tarde Vidal a través de su ministro de Gobierno, Joaquín de la Torre, no han logrado enderezarla por el difícil carácter del intendente. 

Según fuentes locales, la relación con Arroyo viene tensa desde hace tiempo y todo empeoró con el cierre de listas, cuando el intendente se enfureció porque le armaron las listas locales. Además, durante la inauguración del tren, Arroyo fue excluido de la foto oficial. En el entorno del intendente se quejan de que los ministros de Vidal se la pasan en su distrito, como una forma de marcarle la cancha y de meterse en su gestión. "Muchas veces ni le avisan a la gente en el Municipio", dicen desde Mar del Plata.

Este sábado, Vidal no dio muestras de querer calmar los ánimos. Ante la pregunta de un periodista local -que le consultó por qué Arroyo no la acompaña en los actos oficiales en la ciudad- la gobernadora lanzó una respuesta escueta: "Cada uno tiene que hacer lo que le toca hacer".

Y luego aclaró: "Los candidatos tienen que hacer campaña y el intendente gestionar. Yo estoy acá un sábado porque también tengo que trabajar por la provincia, sigo siendo gobernadora, hemos hecho cada uno de nosotros el mejor esfuerzo posible". 

Esta semana, la furia fue explícita: como contó este medio, un día antes del timbreo Vidal se mostró furiosa con el secretario de Salud de Mar del Plata, Gustavo Blanco, quien aseguró que las personas en situación de calle son como "perritos que se sienten cómodos" allí. 

En una conferencia de prensa junto a Carrió, Vidal dijo que en Mar del Plata existe una red social que sale a atender a personas en calle desde hace años. "Cada muerte en calle en invierno duele y para mí es inaceptable. Pero mucho más inaceptables son las declaraciones del secretario de Salud del municipio", dijo y aclaró que esperaba una respuesta de Arroyo frente a las palabras de su funcionario. 

Blanco se hizo responsable por lo sucedido y con un escrito de puño y letra, dirigido a Arroyo y Vidal, puso a disposición su renuncia, además de retractarse y pedir disculpas. Sin embargo, hasta el momento el intendente no hizo ninguna alusión a que eso podría ocurrir y procuró mantenerse al margen de la polémica, pese a que Vidal lo había instado a dar alguna "respuesta" frente a los hechos.