Cristina Kirchner tuvo un ataque de pragmatismo y finalmente aceptó que -una vez más- sea Daniel Filmus quien encabece la boleta del peronismo porteño. Su ex ministro de Educación es un caso extrañísimo de estabilidad en el electorado porteño, donde ronda los veinte puntos, haga las cosas bien o mal.

Acaso lo beneficie la barba, el pasado en Flacso, el aire de intelectual de izquierdas europeo estilo PSOE, o el perfil moderado que mantiene durante sus largos períodos fuera de la función pública. No está claro, pero el hombre mantiene sus veinte puntos.

La ex presidenta quería que encabece una mujer, pero las opciones a mano: Alicia Castro y sobre todo la abogada Graciana Peñafort, arrojaban niveles de conocimiento y de intención de votos paupérrimos. Y no había mucho más.

Por eso, entendiendo que Cristina quiere asegurarse una masa crítica lo más amplia posible de legisladores, para enfrentar para la segunda mitad del mandato de Macri, aceptó que Filmus vuelva a encabezar la lista porteña de diputados nacionales.

Lo acompañan, en ese orden, Gabriela Cerruti y Juan Cabandié. La periodista se evaluó hasta el final como una alternativa, pero al provenir de Nuevo Encuentro, ubicarla en el primer lugar era "disrruptivo" con el PJ porteño que se sumó a una trabajosa unidad.  

Cristina no tiene problemas personales o políticos con su ex ministro, sólo que se preguntaba sino era posible que en tantos años no haya salido ningún cuadro de recambio. Es evidente que no.

Sólo falta terminar de cerrar la lista de legisladores que encabezarán el camporista Mariano Recalde y la peronista María Rosa Muiños. Como explicó LPO, esa es la parte más tensa de la negociación porque la agrupación de Máximo Kirchner quiere cuatro de los entrables y darle dos al PJ y los peronistas piden tres y tres.