Herida por el retroceso electoral de los conservadores, la primera ministra Theresa May resistió las presiones para que renuncie y acudió al Partido Demócrata Unionista de Irlanda del Norte para formar un gobierno que arranca debilitado.

Tras varias horas de especulaciones sobre su renuncia -exigida por el fortalecido líder laborista Jeremy Corbyn- May confirmó este viernes que piensa continuar como primera ministra pese a que su partido no logró mayoría, para lo cual pidió autorización a la reina Isabel II.

Tras la reunión protocolar con la reina en el Palacio de Buckingham, May anunció que su partido y los unionistas norirlandeses colaborarán para "cumplir la promesa del Brexit", un proceso que comenzará dentro de 10 días con las negociaciones con la Unión Europea.

"Esto nos permitirá unirnos como país y canalizar nuestras energías hacia un acuerdo exitoso del 'brexit' que funcione para todos en este país, asegurando una nueva asociación con la UE que garantice nuestra prosperidad a largo plazo", afirmó May, que buscó mostrar fortaleza y aseguró que su Gobierno aportará "certeza" en un momento "crítico" para el Reino Unido.

May había convocado las elecciones anticipadas porque estaba 20 puntos arriba en los sondeos y necesitaba ampliar su mayoría y fortalecerse de cara a las negociaciones con Europa, pero los conservadores sufrieron un fuerte retroceso y perdieron la mayoría absoluta.

Antes de la elección, los conservadores tenían 330 escaños de la Cámara de los Comunes, cuatro más que la mayoría. Pero después del retroceso del jueves quedaron en 318 diputados. En cambio, el Partido Laborista de Corbyn alcanzó los 261 escaños, cuando en la previa tenía 229.

Es por eso que May tuvo que acudir al Partido Demócrata Unionista, que obtuvo 10 de los 18 escaños que corresponden a Irlanda del Norte.

Incertidumbre sobre el Brexit 

El sorpresivo resultado electoral y la perspectiva de que la Unión Europea pueda tener como interlocutor a un dubitativo gobierno británico planteó enormes dudas sobre las negociaciones del Brexit, que está previsto que arranquen en 10 días. La libra perdió más de tres centavos frente al dólar.

Es que la propia May cuando convocó a elecciones anticipadas dijo que su objetivo era aumentar la mayoría absoluta a fin de contar con un mandato "estable y firme" en las negociaciones sobre la salida británica de la UE. Pero sucedió todo lo contrario.

De hecho, por la incertidumbre sobre el nuevo gobierno, medios europeos especulan con que las negociaciones no comenzarían en la fecha prevista, el próximo 19 de junio. Esto no hace más que aumentar cierta paciencia europea, a casi un año del referéndum británico.

El ministro de Asuntos Exteriores de España, Alfonso Dastis, afirmó que May no ha logrado "el mandato fuerte y estable" al que aspiraba y presagió que todo apunta a que la negociación "sí que parece que va a ser un poco más complicada".

Por su parte, el primer ministro checo, Bohuslav Sobotka, dijo que no debe otorgársele a Londres una extensión del plazo de dos años. Se ha perdido demasiado tiempo ya, se quejó. "No creo que debamos hablar de una prolongación del plazo. Debemos ponernos de acuerdo con los británicos para comenzar lo antes posible", agregó.  

"Espero que el Reino Unido tenga rápidamente un gobierno estable para iniciar las negociaciones", dijo a la agencia AP Guy Verhofstadt, el principal funcionario del Parlamento Europeo a cargo del Brexit. "Se trata no solo del RU sino del futuro de Europa".

El comisionado de la UE Guenther Oettinger dijo que "la debilidad de una de las partes crea el peligro de que las negociaciones tengan un mal desenlace para todas", y enfatizó que "sin gobierno, no hay negociación".