Después de meses de tensión tras el escándalo que armó en la Oficina Anticorrupción, el coordinador nacional de Combate del Lavado de Activos y la Financiación del Terrorismo, Juan Felix Marteau, presentó su renuncia.

Marteau confirmó su salida y adujo motivos personales y profesionales, como hacen todos los funcionarios que renuncian. "Cumplí con mi etapa de crear de cero una coordinación y poner los programas en funcionamiento. Estoy muy agradecido con Garavano pero me voy para continuar con mis responsabilidades profesionales", dijo a La Nación.

Marteau es un letrado íntimo del fiscal federal Ramón Plee, a quien suele prestarle el despacho -de hecho la hija de Plee trabajaba con él-. Además, el ahora ex funcionario es abogado de Clarín e integra la fundación RAP, Red de Acción Política, que dirige Alan Clutterbuck.  

En marzo pasado, Marteau selló su salida del Gobierno con el escándalo que hizo en la OA. Según informó Perfil en ese momento, el funcionario entró al despacho de Laura Alonso pegándole una patada a la puerta, pero ella no estaba en ese momento. Y sus empleados tuvieron que pedirle que se retirara.   

Marteau estaba furioso porque la OA le había abierto un expediente por presunto conflicto de intereses por su trabajo como abogado de Clarín y el JP Morgan en causas por lavado, como habían denunciado diputados del kirchnerismo, algo que el funcionario desmentía. Pero lo que más dudas generaba era que su estudio estaba promocionando asesoramiento para el blanqueo de capitales. En ese momento, aseguró que ya no era parte del bufete de abogados.

Durante su gestión, Marteau tuvo a su cargo la firma de un convenio con la Corte para que el Ministerio de Justicia comparta un importante cúmulo de datos con la oficina dedicada a las escuchas telefónicas legales (la ex Ojota) para agilizar las investigaciones judiciales. 

Años atrás, Marteau era un protegido de Alejandro Slokar, el camarista ultra K discípulo de Eugenio Zaffaroni, que lo inició en el mundo del combate contra el lavado. El propio Slokar lo ubicó como representante argentino ante el GAFI. Pero luego Marteau se volvió anti K, se acercó a Clarín y se especializó en el tema ya como abogado de empresas.