San Isidro enfrenta un delicado futuro financiero por el enorme peso de la deuda que tomó el intendente macrista Gustavo Posse, que según denunció la oposición ya se aproxima a los 500 millones de pesos.

La exorbitante cifra salió a la luz este miércoles en debate su rendición de cuentas en el Concejo Deliberante, que generó un extenso debate. Finalmente, el jefe comunal pudo aprobar sus números en una votación ajustada.

Tras casi 5 horas de discutir en el recinto, la votación terminó 13 a 12. Debió desempatar el presidente del Concejo, Carlos Castellano, que responde al possismo y definió para el lado del intendente. 

Desde el bloque del FPV aseguraron a LPO ni bien terminó la votación, que Posee "sobreestimó" y "dibujó" el presupuesto de 2016. Lo acusan por difrazas la delicada situación financiera con una suerte de "deuda flotante", es decir, que arrastra de un presupuesto al siguiente pagos que no realizados.

La presidenta del bloque massista, Marcela Durrieu, fue la primera en advertir que el intendente se jacta de su administración, pero la municipalidad "cada año debe más plata e invierte menos". En ese sentido, lanzó: "Nos alarma que San Isidro deba 500 millones de pesos".

Ese número hace referencia al total de $483.197.559,78 que en teoría deben los vecinos y es un 67,87% de lo que se debería haber pagado el año pasado pero no se hizo por "la mala gestión de Posse", en palabras de Durrieu.

El Frente Renovador informó que llegó a esa cifra gracias al trabajo de un "equipo multidisciplinario" de contadores, abogados y expertos en administración que se pusieron a analizar exhaustivamente la Rendición de Cuentas presentada por el Gobierno municipal. 

La massista Durrieu denunció que Posse estiró hasta 500 millones la deuda, engrosada por un exorbitante gasto en propaganda política en detrimento de la obra pública.

Desde el FPV aclararon a LPO que no sólo el massismo sino todos los bloques opositores participaron de la recolección de datos. Tanto desde el massismo como desde el peronismo consideraron que Posse aumentó de modo exponencial su gasto en propaganda política en detrimento de la obra pública.

"No nos respondieron las notas que enviamos al Concejo Deliberante y al Intendente pidiendo documentación contable y facturas de gastos, seguimos reclamando que el municipio le permita a nuestro equipo revisar los números", dijo Durrieu.

El concejal Fabián Brest dijo que la data se pudo recolectar viendo facturas y papeles que datan de 2016. Aclaró que se trata de "deuda flotante", porque es deuda comprometida pero para pagar en el próximo presupuesto.

"Lo acusamos de sobreestimar y dibujar el presupuesto 2016 y no brindar información indispensable. No es que el municipio tomó deuda, es deuda flotante. Es decir, pagos que pasan de un año a otro", aclaró Brest, quien también aseguró que el nivel de subejecución fue el más elevado en los últimos 5 años. "Por ejemplo, no se gastaron 112 millones en el área de obras públicas. Con ese presupuesto sobrante se podrían haber construido más de 100 viviendas sociales".

Brest había anticipado a LPO que la votación seguro sería reñida y acabaría en un 12 contra 12, pero terminaría desempatando el macrismo. "Terminamos esperando que el PRO nos brinde las respuestas que no da, porque critica al gobierno e incluso a Posse pero por otro lado es aliado y termina votando con ellos". 

El concejal Juan Medina también había anticipado que "la rendición de cuentas arroja una subejecución alarmante del Presupuesto 2016 en áreas clave como Salud, Seguridad y Obras Públicas; además de una fuerte deuda de $ 483.197.559,78 que en lugar de resolverse se va arrastrando año tras año. Obviamente que la cuenta no la paga Posse ni sus funcionarios sino que la vamos a terminar pagando todos los vecinos de San Isidro".