"¿Cuándo vamos a saber qué pasó con Nisman y con la denuncia que él presentó?", interrogó a Macri uno de los senadores que lo recibieron en el Capitolio. Macri explicó lo obvio: "La denuncia no avanzaba por intromisiones del anterior Gobierno, yo lo que hago es dejar que la justicia funciona, asà que no puedo decirle cuando vamos a tener una respuesta". Casi una clase de instrucción cÃvica básica, que calzó perfecta con las constantes alegaciones al imperio de la "rule of law" que gustan proclamar en Washington.
No es un secreto la enorme influencia que el Estado de Israel tiene en el establishment norteamericano, al punto que el primer ministro Benjamin Netanyahu fue el único mandatario contemporáneo recibido por las dos cámaras en pleno. "¿Cuándo vamos a saber quienes fueron los responsables de los dos atentados en Argentina?", fue otra de las preguntas.
Macri fue recibido por la elite del Capitolio, en una movida impulsada por la Casa Rosada que está tratando de construir con Estados Unidos un vÃnculo "institucional" que lo mantenga a salvo de la grieta polÃtica que también divide a la potencia y que se acentuó desde que Trump es presidente. En ese sentido les fue bien.
Recibieron a Macri todos los importantes: El jefe de bloque republicano del Senado, Mitch McConnel, que fue uno de los más interesados en acercarse a Macri. Pero también estuvo el jefe de bloque demócrata, Richard Durbin. Y pesos pesados del Partido Republicano como John McCain y Marco Rubio, que se llevan muy mal con Trump.
En la Cámara de Representantes (Diputados), también le fue bien: allà estaba el speaker y presidenciable Paul Ryan -otro que se lleva mal con TYrump- asà como la carismática demócrata Nancy Pelosi, ex presidenta de esa casa.
"Nosotros queremos que les vaya bien", aseguró Ryan.
Macri, luego de la reunión recibió a un grupo de periodistas en la Blair House y dio su visión muy pragmática de ese deseo, asà como de la buena recepción de Trump: "Argentina en 20 años puede ser la primer economÃa de Latinoamérica ¿Cómo no aprovechar y tenerlo desde ahora de aliado?".
Venezuela
Macri fue caracterizado como un lÃder regional por los legisladores -uno incluso arriesgó que era un lÃder global, lo que hizo sonrojar a varios de la comitiva argentina- y luego del halago vino la pregunta envenenada: "¿Qué mas puede hacer usted por Venezuela?".
Macri apeló ahà a su caballito de batalla: "Tenemos que exigir que convoquen a elecciones, liberen a los presos polÃticos y respeten la división de poderes". Nadie podÃa disentir con ese menú, pero la pregunta era más operativa.
Ahà intervino la canciller Susana Malcorra, que explicó su teorÃa de la presión pública constante y por múltiples vÃas. La canciller sostiene que a diferencia de lo que dice la prensa "a Maduro lo que más le duele es la condena internacional" y agrega que "a su manera está buscando una salida a la situación, aunque no sea de la manera que nos gusta".
Por eso, propone intensificar las acciones de condena -habló de más de 40 iniciativas en marcha-, al tiempo que se busca algún canal de mediación entre el régimen y la oposición venezolana, que tampoco termina de encontrarle la vuelta al asunto. Tan activa está Malcorra en este tema que este viernes no regresará a la Argentina: Viajará a Nueva York para trabajar sobre el caso Venezuela en una reunión de la ONU.
El tema Venezuela cruzó toda la visita de Macri. Trump se lo planeó en el almuerzo -la respuesta del gobierno argentino fue la misma que ante los legisladores- y en la exposición en el CSIS también. AllÃ, Mácri fue más directo: habló de un régimen dictatorial y dijo que en el paÃs caribeño no hay democracia.
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- 128/04/1711:45O sea, sobre Argentina nada