Sergio Moro, el juez de Curitiba que puso en jaque a todo el sistema político de Brasil con su investigación sobre el Lava Jato, visitará la semana próxima la Argentina y será mostrado por el Gobierno como una estrella de la lucha anticorrupción. La paradoja es que el promotor de su llegada es el hermano de quien fuera el operador de Julio De Vido para que el caso no le afecte.
La principal actividad de Moro en Argentina será una conferencia que brindará el próximo martes en la Universidad Católica, donde estará acompañado por Germán Garavano y Laura Alonso. "Herramientas para lucha contra la corrupción", es el título de la charla, organizada por Teodoro Kreckler, integrante del comité asesor del Programa 2020.
El organizador de la llegada al país del juez anticorrupción brasilero es el hermano de Luis María Kreckler. Se trata de un diplomático de carrera que durante el kirchnerismo fue secretario de Comercio y Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería y embajador en Brasil. Ahora, con Macri en el gobierno, es el embajador argentino en Alemania.
Más allá de su formación como diplomático, Luis María Kreckler ascendió a esos lugares clave de la Cancillería por ser un hombre de De Vido. Primero copando el manejo del área comercial y luego ocupando la embajada en el principal socio comercial de Argentina. Algunos empresarios recuerdan que durante la visita de Dilma Rousseff traída por la UIA, Kreckler se jactaba de su vínculo con el ministro ante los principales hombres de negocios del país: "Yo soy de Julio", repetía en el Sofitel de Cardales.
Esa reconocida cercanía con el hombre clave de los tres gobiernos kirchneristas no le impidió a Kreckler reciclarse con la llegada de Macri. El nuevo Presidente le encargó nada menos que la embajada de Alemania, la principal potencia europea.
La paradoja de los Kreckler con la visita de Moro a Argentina es que mientras Teodoro la organiza, su hermano había sido el enviado por De Vido a Brasil para tratar de controlar las esquirlas del caso Lava Jato que podrían golpearlo. Se sabe que el ex ministro fue clave en todos los negocios en los que participó Odebrecht en el país en los doce años de kirchnerismo, y el avance de cualquiera de las causas podría complicarlo seriamente.
El show del Gobierno y Lorenzetti
El Gobierno de Macri no tardó en subirse a la visita de Moro a Argentina -gestionada por el titular del Colegio de Abogados porteño, el macrista Guillermo Lipera- y empezó a difundir la charla en la UCA con Garavano y Alonso, esta última muy cuestionada por su excesiva pasividad en las denuncias contra los funcionarios del Poder Ejecutivo.
La idea de la Casa Rosada parece tratar de despegarse del escándalo del Lava Jato, aunque la conexión local del caso salpica de cerca a Macri. En principio, por las sospechosas de pagos ilegales al jefe de la AFI Gustavo Arribas, amigo íntimo del Presidente. Y principalmente por las sospechas en torno a posibles coimas para que Odebrecht se quede con la obra del soterramiento del Sarmiento.
Como se sabe, la constructora brasileña es socia en esa obra de Iecsa, la firma que hasta hace pocos días pertenecía a Ángelo Calcaterra, el primo hermano de Macri. Como reveló LPO, en una difusión de documentos secretos de Odebrecht se confirma el pago de coimas por el soterramiento y se habla de un posible desembolso de 20 millones de dólares.
Por supuesto que ese caso se cruza también con De Vido, que se encontraba del otro lado del mostrador de Odebrecht e Iecsa, como el funcionario a cargo de licitar la obra. Las conexiones de De Vido con hombres cercanos a Macri como Calcaterra y Nicky Caputo son conocidas y explicarían que aún hoy el Gobierno se cuida de atacarlo o denunciarlo (más allá de algunas causas menores como la de entrega de televisores a Casación, donde la OA logró reabrir la denuncia), y las causas en su contra avanzan con llamativas demoras.
En este contexto, el que también aprovecha la visita de Moro es Ricardo Lorenzetti, uscará darse un baño anticorrupción frente a las denuncias de Carrió. El presidente de la Corte se mostrará con el juez brasilero y además armará un acto con los seis magistrados argentinos que intervienen en causas vinculadas al Lava Jato. Todas esas causas rozan en mayor o menor medida a Macri.
