Una investigación de la fundación UADE, detecto que mas de la mitad de los salmones rosados que se venden en las pescaderÃas de la Ciudad, tienen residuos de antibióticos superiores al limite que permite el Código Alimenticio. Los especialistas alertan que esto puede provocar consecuencias negativas en la salud de los que los ingieran.
El salmon es uno de los pescados mas consumidos y asociado a propiedades favorables para contrarrestar enfermedades cardiovasculares, ayudando a disminuir los niveles de colesterol "malo" y regularizar los triglicéridos.
Sin embargo, se revelo en mas de 100 muestras provenientes de 38 comercios de la Capital, que el 66% de los casos, presenta restos de fluquemina y, principalmente, clorhidrato de oxitetraciclina. Estos son compuestos de los antibióticos que se usan en los criaderos de salmon para contrarrestar las enfermedades que matan a los peces.
La investigación advierte que cuando una persona debe tomar un antibiótico como tratamiento a alguna infección o enfermedad, los efectos colaterales adversos que pudieran producir se pueden evitar cumpliendo las prescripciones relativas a la dosis y la duración del tratamiento. En cambio, cuando se ingieren sin intención, como en este caso, no es posible cuantificar o vigilar la cantidad ingerida. Esto puede causar problemas directos en la salud.
En tanto, el análisis de los cortes fue segmentado por los barrios de la Ciudad y se encontraron distintos resultados: "Si bien no se estableció una tendencia general, los barrios de Almagro, Barracas, Belgrano, Boedo, Caballito, Colegiales, Nuñez, Palermo, Parque Chas, Recoleta, Villa Crespo, Villa del Parque y Villa Urquiza fueron los que tuvieron un mayor porcentaje. Mientras que los barrios de Balvanera, Monserrat y San Telmo, arrojaron datos negativos" aseguro Pablo Rosito, director del estudio.
El consumo no intencional de medicamentos a través de residuos presentes en los alimentos que ingerimos puede generar una selección de bacterias resistentes a los antibióticos, que en un futuro serán más complicadas de eliminar del organismo ya que contrarrestarán los efectos de las medicinas.
En consecuencia, la persona afectada serÃa más propensa a contraer enfermedades. La presencia excesiva de antibióticos en los peces también tiene un fuerte impacto ambiental ya que en Chile, como asà también en otras partes del mundo, los recintos acuÃcolas y sus jaulas están rodeados de diversos ambientes acuáticos donde habitan y se realiza la pesca artesanal de diferentes mariscos y peces silvestres para el consumohumano. Algunas de estas especies se nutren del alimento que contienen los antibióticos no consumido por los salmones cultivados y de las heces de estos mismos.
En la Argentina es muy escasa la producción de salmón. La mayor cantidad esimportada fresca desde Chile cuya industria es sumamente relevante a punto tal que se ha convertido en el segundo productor mundial de este pescado, detrás de Noruega.
En el paÃs trasandino los peces se crÃan en reductos artificiales sobre el mar habilitados por el Estado. Allà suelen administrarles pesticidas y antibióticos, para controlar las enfermedades. Sin embargo, el inconveniente radica en los residuos de medicamentos que quedan alojados en los pescados que salen a la venta en los comercios nacionales.
Ningún paÃs del Mercosur posee una reglamentación que regule tal inconveniente, aunque a nivel internacional el CODEX Alimentarius, avalado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y por la Organización Mundial de la Salud (OMS), estipula que el lÃmite permitido de antibióticos no debe superar los 0,2ppm. De acuerdo con el estudio realizado, en dos tercios de las muestras se supera estos valores.
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