Al jefe de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) Gustavo Arribas lo sigue complicando su pasado: Su nombre aparece en el informe del Congreso de 2001 como una de las personas fÃsicas que más divisas fugó del paÃs entes del colapso financiero de finales de ese año, en parte provocado por esas maniobras.
El trabajo lo realizó una Comisión Especial Investigadora de la Fuga de Divisas, que presidió el entonces diputado peronista Eduardo Di Cola, que comprobó que pocos meses antes de aquella mega devaluación partieron de Argentina casi 30 mil millones de dólares.
Utilizaron 87 instituciones financieras y se favorecieron de la falta de control de cambios del Banco Central, que permitÃa las operaciones sin corroborar el origen de los fondos.
"El Banco que otorga el préstamo con garantÃa de depósitos del solicitante en el exterior estaba obligado a informar al BCRA cuando esos depósitos eran sospechosos. Indudablemente que no hubo información significativa por parte de las entidades financieras", recordó Di Cola en una reciente columna.
"En una clara actitud de ocultamiento determinamos que las omisiones en la información dada al Banco Central llegaron al extremo de no declarar entidades controladas en paraÃsos fiscales. Ni siquiera cumplÃan con los regÃmenes informativos con fines estadÃsticos", explicó.
Con esas herramientas a mano, las empresas nacionales y extranjeras, casi sin excepción, aprovecharon para fugar más de 26 mil millones de dólares y aceleraron un colapso económico que originó los peores indicadores sociales de la historia.
Pero no fueron sólo empresas: hubo personas fÃsicas que lograron sacar del paÃs por casi 4000 millones de dólares, un 30% con cuentas de más de un millón y medio de dólares.
Entre los primeros de ese grupo privilegiado está Gustavo Arribas, por entonces desconocido para el público en general. A través de 3 operaciones depositó afuera USD 5.573.750.
Más atrás aparece también Carlos Melconian, con una cuenta afuera por USD 2.305.306.
El jefe de la AFI no abandonó la costumbre de viajar a Bancos lejanos: según una denuncia del periodista Hugo Alconada Mon, giró 600 mil dólares al Banco Credit Suisse, a través del cambista brasileño Leonardo Meirelles, preso por el escándalo de corrupción de la constructora Odebrecht. Arribas sólo reconoce UDS 70 mil.
Por la falta de regulación de la época ningún juez evaluó en detalle la fuga de divisas y tampoco le interesó hacerlo a la Unidad de Información Financiera (UIF) durante el gobierno de Néstor Kirchner.
Recién al final de su segundo mandato, Cristina Kirchner impulsó una investigación en el Congreso sobre 4040 cuentas de argentinos en la sede del HSBC de Suiza -que se habÃa especializado en ofrecer sus servicios para que millonarios de todo el mundo pudieran hacer fraude fiscal y fuga de divisas- pero no logró que la justicia detectara algún giro ilegal.
Antes habÃa tenido que desplazar a de la UIF a Rosa Falduto, cuya floja tarea para combatir el lavado de activos motivó un llamado de atención del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI). Su sucesor, José Sbatella, debió impulsar una nueva legislación para sacar al paÃs de la zona roja.
Claro que aunque no sea fácil mostrar que se trate de un delito, la fuga de divisas golpea la estabilidad económica del paÃs y asà lo entienden los paÃses desarrollados que lideran un combate contra los paraÃsos fiscales, sede de activos ilegales de todo el mundo.
Aquel informe de la comisión, que sólo puede hallarse en papel, detectó que la generación y fuga de dólares en Argentina fue bestial en el último cuarto del siglo 20.
Según el informe Di Cola, en 1970 el stock de capitales locales acumulados en el exterior ascendÃa a 921 millones de dólares. Entre 1975 y 1983 creció de 3.566 a 32.214 millones de dólares.
Entre 1992 y 2001 se agregaron entre 60.412 y 73.332 millones de dólares, o sea que llegó a oscilar entre 114.154 y 127.074 millones de dólares, según diferentes formas de estimarlo que tomó el Congreso. Unos 30 mil se fueron antes de los dÃas trágicos de 2001. Y una parte era de Arribas.
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Gente con información privilegiada, como por ejemplo los dueños del Banco Galicia