Las condiciones políticas en las que Ricardo Buryaile asumió en diciembre de 2015 al frente del Ministerio de Agroindustria no fueron las mejores, sino todo lo contrario. Es que el formoseño se encontró con un grupo de funcionarios que provenían de la Fundación Pensar.

Casi de inmediato, Buryaile tuvo que lidiar con la rebeldía de los denominados "Pensar Boys" que impulsaban a Ricky Negri en Agroindustria, pero que finalmente, el presidente Mauricio Macri decidió relegarlo a la Secretaría de Agricultura (una especie de viceministerio).

Sólo y aislado, en ese momento Buryaile apenas pudo nombrar al presidente del INTA, Amadeo Nicora, y al subsecretario de Comunicación, Gonzalo Fernández Arocena, un joven con capacidad de trabajo en equipo que se supo ganar la confianza del ministro.

Así fue como Buryaile entendió que debía, además de mostrar iniciativas y resultados de gestión a los productores, empezar a alinear a los funcionarios del Ministerio detrás de su figura para tener un mandato en condiciones normales evitando las siempre desgastantes internas.

De a poco, entonces, el ministro comenzó a mover fichas en el marco del crecimiento que registró el sector agropecuario en 2016. Ya a mediados de año sumó a la especialista en siembra directa, Beatriz "Pilu" Giraudo, como coordinadora de políticas sustentables.

Tras esta decisión, en octubre pasado, Buryaile le pidió la renuncia al secretario de Agricultura Familiar, Oscar Alloatti, en una decisión que generó sorpresa y polémica en medio de acusaciones cruzadas por supuestas restricciones presupuestarias.

La anteúltima decisión política del ministro fue quizás la que más sacudió el tablero. Es que en una jugada que pocos esperaban, Buryaile designó al histórico economista de la Sociedad Rural (SRA), Ernesto Ambrosetti, como coordinador del Fondo Fiduciario de Agroindustria (FONDAGRO).

La lectura política de dicha designación fue inmediata. Sucede que Ambrosetti estaba enfrentado a Luis Miguel Etchevehere, que además de tener pretensiones políticas, en los últimos años, y a pesar del prestigio y respeto del economista, lo marginó a un segundo plano.

En esta línea, Ambrosetti no asume en un cargo menor. Se trata, en rigor, del manejo de un fondo de unos $ 1700 millones que tiene como objetivo el fortalecimiento de los productores de economías regionales a través de un fideicomiso con el Banco Nación.

Así las cosas, este miércoles se dio a conocer la designación del tucumano Juan Casañas como coordinador del Programa "Cambio Rural", que se implementa a través del INTA y tiene como objetivo achicar la brecha tecnológica entre grandes y pequeños productores.

Casañas proviene del Movimiento CREA y es un agrodiputado que ingresó en 2009 y que consiguió renovar su banca en 2013. Inicialmente, el tucumano asumió por el radicalismo, pero el año pasado decidió romper para luego conformar su monobloque "Del Bicentenario".

En este contexto, a las incorporaciones de Giraudo, Ambrosetti y Casañas, se suman los espacios que ganaron hombres claves en el gabinete de Buryaile: el principal es Santiago Hardie que, además de manejar Emergencia Agropecuaria, administrará Agricultura Familiar.

Hardie es actualmente el funcionario con mayor ascenso de Agroindustria y responde directamente a Buryaile. En tanto, otro hombre en alza es el secretario de Valor Agregado, Néstor Roulet, quien supo alinearse detrás del ministro.

En la Rosada destacan que Buryaile pasa por su mejor momento, no solo por acomodar el frente interno, sino porque el campo es la actividad que mostró los primeros "brotes verdes" con récord en la cosecha de trigo, venta de maquinaria agrícola y camionetas rurales.