El ministro de Energía, Juan José Aranguren, adelantó en la mañana de este viernes que las tarifas residenciales de gas para el conjunto de los consumidores subirán en promedio el 13% a partir de abril, con aumentos que irán del 9% al 21%.

Además, al disertar en la Audiencia Pública que se desarrolla en el Teatro de la Ribera, el ministro precisó que para aquellos que reciban facturas que superen los $250 finales, incluido impuestos, se pondrán topes de 300% para los usuarios residenciales y 500% de aumento para las pymes, dependiendo de la categoría.

También anunció una reducción del 10% de lo que paga de subsidios la Nación. Así, del 50% del precio del gas en boca de pozo que el Estado paga actualmente, pasaría a pagar el 45%. El costo del gas natural en su punto de origen representa aproximadamente un 40% del valor de la factura que reciben los usuarios residenciales, explicó el ministro. Por lo que el costo pasará de 3,42 a 3,77 dólares por millón de BTU, trasladándoles ese 10% a los usuarios.

Los otros conceptos que componen las facturas son el costo de transporte y la distribución, que pesan conjuntamente el 32% de las boleta, y los impuestos que representan el 28% restante.

"En el caso de la Patagonia alcanza al 81 por ciento", aclaró Aranguren respecto del porcentaje que subsidia el Estado, así en Malargüe, La Patagonia y La Puna, el subsidio pasará a ser del 81 al 75%.

Las empresas petroleras, en tanto, no conformes con los 7,5 dólares que pidieron por millón de BTU en boca de pozo el año pasado, ahora aumentaron el pedido a 8 dólares para cuando se cierre el ciclo de reajuste de tarifas en 2020 para poder afrontar los costos de inversión y extracción del gas. Actualmente, importar GNL (gas natural líquido) cuesta aproximadamente 5,5 dólares por millón de BTU.

Una vez más, Aranguren sostuvo que el objetivo del Gobierno es lograr "una reducción gradual y previsible de los subsidios a la producción y la importación de gas natural", para "no sólo recuperar en tarifa el costo económico de la producción, sino ir reduciéndolo". El año pasado, el Estado destinó $ 43.000 millones (2.690 millones de dólares) para subsidiar la producción de gas.

De no implementarse aumentos en los demás componentes de las facturas -impuestos, costo de transporte y distribución-, para un hogar que paga $150, la factura se incrementará a lo sumo en $30 mensuales.

"Queremos un suministro sostenible en el tiempo, promoviendo la producción local, para minimizar las importaciones, subsidiar a la demanda y no a la oferta, con un sistema equitativo y federal, y fomentar el ahorro y consumo eficiente", dijo Aranguren.

En 2016, de acuerdo a las declaraciones de Aranguren, por la importación de gas se abonaron 7,09 dólares por millón de BTU en el caso del combustible proveniente de Chile; 3,56 el de Bolivia y 11,20 el gas oil que se utilizó durante el invierno para garantizar el suministro.

A la vez, el ministro resaltó que "queremos una reducción gradual y previsible del subsidio energético y protegiendo a los más vulnerables con la tarifa social".

Sin embargo, otros oradores le señalaron al ministro las dificultades prácticas para acceder a la tarifa social.

En octubre, habrá otra suba de las tarifas del gas.